Hijo de Domingo Hilario Ibaseta y Francisca Arcelos, nació en San Sebastián hacia 1804. Pronto se trasladó a Madrid para cursar la carrera de arquitectura en la Academia de San Fernando al tiempo que asistía al estudio particular del académico de mérito y teniente director de arquitectura en esta institución Custodio Teodoro Moreno, maestro con quien adquirió por espacio de siete años todos los conocimientos necesarios en la delineación, el levantamiento de planos, la tasación de edificios y la parte práctica de la profesión.
El 6 de diciembre de 1830 solicitó de la Academia su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado el proyecto de una Casa de contratación con tribunal de comercio para una ciudad populosa y comercial (del A-1256 al A-1258) con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, el certificado de práctica librado por su profesor particular Custodio Teodoro Moreno y la justificación de su conducta moral y política.
La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 14 de diciembre de 1830 reconoció la obra y los documentos aportados, acordando el pase del interesado al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 19 del mismo mes, fecha en la que le sortearon los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 5, 75 y 109, los cuales respondieron respectivamente: «Una Hermita ó Santuario, considerado como casa de novenario, con habitación para un cura y Sacristán y dormitorios para los que vayan á visitar el Santuario. Planta, fachada y corte», «Trazar una carcel incombustible con las salas de Juzgado y oficinas correspondientes: planta, fachada y corte geométricos» y «Un Parador en despoblado en que se puedan hospedar toda clase de personas, caballerias y carruajes. Planta, fachada y corte». De los tres asuntos escogió el nº 109, es decir, un Parador en despoblado donde se pueden hospedar toda clase de personas, caballerías y carruajes (A-2093), elección que comunicó a la corporación el 22 de diciembre.
La Junta de Examen tuvo lugar el 8 de enero de 1831, asistiendo a ella como vocales los profesores Juan Antonio Cuervo, Antonio de Varas, Juan Miguel de Inclán, Custodio Moreno y Martín Fernández de Navarrete. Cotejada la obra de pensado con la de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se dio paso a la realización del examen teórico. Ibaseta comenzó este nuevo ejercicio contestando a las preguntas que le hicieron los examinadores sobre los conocimientos requeridos por la arquitectura y varios principios de geometría, las figuras regulares e irregulares como los triángulos. A continuación, los instrumentos para levantar los planos en el terreno, el grafómetro, la plancheta, los niveles y sus clases. Enseguida trató los sólidos, en particular los prismas, para pasar a la esfera, su medida y solidez. Después se centró en los triángulos para el levantamiento de planos, las circunstancias que debían darse para conocer y determinar la solidez de los edificios y su estado de ruina. Por último, se le cuestionó acerca de los apeos, su mecanismo y los casos en que debían usarse; el modo de cubrir un patio por medio de bóvedas o de otra manera; las pechinas, los arcos y las bóvedas en general.
Satisfechos los examinadores con el mérito de las pruebas prácticas y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron con los conocimientos suficientes para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 30 de enero de 1831, a los 27 años de edad.
A través de un oficio del marqués de Branciforte fechado en Madrid el 7 de febrero de 1832 tenemos constancia que solicitó su admisión a las obras que, bajo la dirección del que suscribía, se estaban acometiendo en la Real Casa de Campo por comisión especial de SS.MM., es decir, los prados artificiales que nunca llegaron a realizarse. Ante esta súplica, el marqués creyó oportuno dirigirse a la Academia a través de Martín Fernández de Navarrete a fin de averiguar los antecedentes de Ibaseta y saber si era digno de este trabajo. El 12 de febrero la corporación le señaló los pasos que había dado el interesado hasta obtener el título de arquitecto y como después no había «desmerecido del buen concepto que entonces justificó y habia gozado spre entre sus Directores».
En 1833 hizo la tasación de la casa de la calle de la Madera, nº 3, manzana 463, de 985 pies de sitio y años más tarde Dolores Ortuño le encargó el levantamiento de un piso y sotobanco en la casa de su propiedad, ubicada en la calle del Acuerdo, nº 10, ambas obras en Madrid. Una vez realizado el plano pasó a informe del arquitecto del Cuartel, que manifestó no debía accederse a lo solicitado por la dueña debido a que se trataba de una «Casa a la Malicia» de una sola planta, sin cantería ni espesor conveniente y situada fuera de la alineación. Ante esta negativa Dolores Ortuño presentó una certificación suscrita por Justo Ibaseta demostrando que la fachada de la casa tenía los gruesos y la solidez competentes para sostener los dos pisos que se tenían en mente proyectar.
Esta disparidad de opiniones llevó a la Sección de Arquitectura a nombrar a Antonio de Zabaleta y Atilano Sanz y Pérez para hacer el reconocimiento del inmueble. Después de un detenido examen y ejecutar las rozas que creyeron convenientes, llegaron a la conclusión que «los cimientos son de mampostería con mezcla de cal, y la fachada de dos y medio pies de grueso y de fábrica de ladrillo tambien con mezcla de cal, estando muy poco desplomada, y solo en alguno de sus machos, por lo cuál la encuentran con bastante solidez para poder soportar el piso principal y sotobanco que sobre ella se trata de construir». Sin embargo, creían conveniente poner un zócalo de sillería con el tizón de todo el grueso de la fachada en lugar de las chapas de losas de un pie de tizón que entonces se estaban colocando y que sólo servían como adorno, como también que se engatillara la fachada con los maderos del suelo del piso principal paralelos a la misma fachada.
Cerca del Teatro Real Ibaseta levantó en 1836 las viviendas de Jerónimo Daguerre en la calle Vergara, nº 1, llevando a cabo al año siguiente algunos trabajos en una casa ubicada en la calle Amnistía (Madrid). Como consecuencia de estos últimos trabajos su nombre volvió a reseñarse en la Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 28 de noviembre de 1837, momento en que se informa que ha acudido al Juzgado de la Villa de Madrid haciendo presente el haber ejecutado y dirigido diferentes trabajos en la construcción de la planta de una casa ubicada en la calle de la Amnistía esquina a la de Independencia, propiedad de Pedro Amias Sagasti. Asimismo, señalaba que había presentado a dicho juzgado la cuenta detallada de los derechos y honorarios a los que ascendían dichos trabajos, los diseños originales que por duplicado había ejecutado, la certificación de la tasa y el aprecio que había hecho de la posesión después de haberla concluido.
El propietario solicitó que pasase la cuenta al examen de la Academia para que dictaminase si era o no justa y una vez estudiada por la corporación se vio equitativa la partida de 5.146 reales a la que ascendía la cuenta del importe de tasa, los diseños y la asistencia, aunque un tanto excesiva la primera partida de 1.814 reales como derechos de tasación con arreglo al arancel, ya que aunque ajustada a tarifa presuponía los trabajos de medida y formación de los diseños en planta que ya tenía ejecutados Ibaseta como director de la finca labrada y a la que hacían referencia las partidas 2ª, 3ª y 4ª. Finalmente, la Comisión de Arquitectura advirtió que dado a que estas partidas estaban realizadas con la mayor equidad y los honorarios relativos a la última partida lo eran igualmente, dictaminó que la cantidad de 5.146 reales estaba arreglada y era equitativa.
Tenemos constancia que en 1868 solicitó al Ayuntamiento de Madrid la tira de cuerdas para la casa de la calle de los Reyes, n1 º4, manzana 530trazó en 1868 el edificio de viviendas de la calle Etxaide (San Sebastián) y que intervino en 1871 junto con Matías de Arteaga en el antiguo circo-teatro de la misma ciudad de calle Garibay, posteriormente convertido en el convento de los Jesuitas.
Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1831. Sig. 2-9-6; Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Comisión de Arquitectura. Informes, 1846-1855 Sig. 1-30-2bis; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1816-1900. Sig. 3-154, nº 101.
Otras fuentes: Don Justo de Ibaseta pidiendo la tira de cuerdas para la casa de la calle de los Reyes, nº14, manzana 530 (Madrid), 1848. Sig. 4-62-70 (AVM).
Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM
Fecha: 1830 • Nº Inventario: A-2093 • Dimensiones: 662 x 494 mm. Escala gráfica de 200 pies castellanos. • Técnica: Papel verjurado agarbanzado claro. Tinta y aguada gris y rosa.
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