Tejeda Díez, Bartolomé


Nació en Toro (Zamora) hacia 1780. A partir de 1804 comenzó su práctica en la albañilería, profesión que desempeñó en las mayores obras ejecutadas en su ciudad natal  entre los años 1798 y 1807, desde conventos e intendencia hasta colegiatas y cuarteles.

En 1807 se trasladó a Madrid para continuar sus estudios y adquirir los principios de la teoría de la arquitectura como alumno en la Academia de San Fernando. En este centro obtuvo las certificaciones de Geometría Práctica (1807) y Matemáticas (1808-1809) al tiempo que recibía clases de principios de dibujo y los cinco órdenes de arquitectura de Vignola. Durante este tiempo fueron sus directores Antonio López Aguado, Juan Antonio Cuervo y Silvestre Pérez, no obstante, continuó sus estudios bajo la dirección de Pedro Ortiz de la Puente hasta su muerte, pasando en 1814 a cargo del director de arquitectura Alfonso Rodríguez con quien aprendió la práctica profesional hasta 1820.

El 19 de abril de 1820 solicitó de la Academia su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado el proyecto de un  Edificio con destino a casa de ayuntamiento, peso real, cárcel, carnicería, alhóndiga, deposito de granos, habitación para el magistrado y demás dependencias (del A- 2817 al A- 2822) con su informe facultativo y el avance del coste de la obra calculada en 32.585.803 reales de vellón, junto con la certificación de práctica libada por su maestro particular Alfonso Rodríguez.

La Comisión de Arquitectura celebrada el 10 de mayo de 1820 examinó la obra y los documentos aportados, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 25 de junio, fecha en la que le sortearon los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 62, 81 y 111, los cuales respondieron respectivamente: «Para una Parroqul de las prales. de esta Corte imbentar el Altar mayor en un Bussiterio de 40 ps de ancho y el alto y fondo proporcionado diseñado en Planta y alzado de modo qe sean perceptibles todas sus formas y partes», «Un Anfiteatro circular pª estudio de Cirugía adornado de orn-dorico con la dirección de aguas à su centro pª los usos correspondientes, Planta y Seccion» y «Para un Puerto de mar una Casa de Contratación de solo un piso, con las oficinas correspondientes y habitación pª el Conserje. Planta, Fachada y Corte». De los tres asuntos escogió el nº 111, es decir, Una casa de contratación para un puerto de mar (A-1429), inventariada bajo el título ¿Un almacén?, cuya elección comunicó a la corporación el  26 de junio.

La Junta de Examen tuvo lugar el 8 de agosto de 1820, asistiendo a ella como vocales los profesores Pedro Franco, Juan Antonio Cuervo, Manuel de la Peña y Padura, Custodio Moreno, Juan Miguel de Inclán, Antonio de Varas y Julián de Barcenilla, este último en calidad de secretario. Cotejada la prueba de pensado con la obra de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Bartolomé Tejada comenzó este nuevo ejercicio contestando a varias preguntas que le hicieron  los profesores sobre sus obras, la división de la arquitectura y los conocimientos que eran requeridos por la arquitectura civil; la geometría y la mecánica aplicadas al arte de construir; las máquinas más  usadas en la práctica de la arquitectura; los materiales y la economía de los edificios.

Satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le vieron con mérito para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 20 de agosto de 1820.

Su nombre quedó reseñado de nuevo en la Junta de la Comisión de Arquitectura el 5 de octubre de 1825, con motivo del expediente remitido a informe de la corporación relativo a unas casas susceptibles de reparación entre las calles Tudescos y Jacometrezo, en el nº 11 de la manzana 375 (Madrid). El proyecto tenía como objeto la seguridad de la finca y la mejora del aspecto exterior público y había sido realizado por los arquitectos Tejada Díez y Pedro de Ávila.

            Vistos los diseños, la Comisión de Arquitectura fue del parecer que ambos maestros habían sabido conciliar los intereses de los propietarios con el decoro público sin recurrir al extremo de la demolición, por lo que aprobó el proyecto en su totalidad, no sin antes incidir en que «como la casa de que se trata por su localidad contribuye á estrechar la salida de la calle de Jacometrezo por la que con tanta frecuencia acostumbra á pasar el Rey N. Sr. Sería muy conducente que por el Exº Ayuntamto se procurase la adquisicion de la propiedad de esta Casa y la contigua señalada con el nº 10, las cuales con muy corto valor y podia reducirse su superficie al ensanche de la plazuela con lo que y alguna pequeña variacion en las fachadas, se lograría embellecer aquel punto con aumento de la comodidad publica sin perjuicio del propietario».

El 15 de marzo de 1828 Tejada Díez contestó a la Academia acerca del oficio que el 26 de febrero anterior le había enviado la corporación para saber si era cierto, o no, la ejecución de unas obras que se estaban llevando a cabo en la calle Ancha de San Bernardo, en la casa del duque de Montemar con destino a convento de religiosas de Santa Clara. En respuesta a esta pregunta respondió que como arquitecto director de las obras no existía hasta el momento proyecto alguno para hacer de nueva planta un edificio de uso o institución pública o que se tratase de reparar, por tanto, no tenía planos, avance, ni informe facultativo que presentar a censura de la Academia. También, que tampoco había obra que reprobar por cuanto que hasta la fecha lo único que se había acometido en la obra era la demolición de las paredes ruinosas que existían, el refuerzo de otras, la transformación de algunos tabiques y todo lo relativo a puertas adentro con objeto de aprovechar el edificio en el estado en que se encontraba para los usos de la comunidad, es decir, la ejecución de habitaciones compuestas de recibimiento, sala de alcoba, cocina y despensa o lo que comúnmente se conocía como celdas. Esto no significaba que en el futuro pudiera formarse algún proyecto, pero esto dependería de una resolución de la Reina, por la cual, en caso de ser favorable, se construiría una iglesia pública de nueva planta, aunque si dicha resolución no fuese deseo de las monjas se habilitaría, por el contrario, una de las salas de la planta baja para que sirviera de oratorio o capilla como habían hecho en otras ocasiones las congregaciones de monjas. Por todos estos motivos, Tejada Díaz no había hecho hasta la fecha ningún croquis a lápiz o tinta, borrador o proyecto en limpio que debiera pasar la censura de la Academia, razones por las que la Junta de la Comisión de Arquitectura del 24 de marzo de 1828 acordó no prevenir a este profesor por dichas obras.

Al año siguiente fue encargado por el Ayuntamiento de Toro (Zamora) para realizar el reconocimiento y el proyecto de habilitación del puente sobre el río Duero. Los diseños fueron remitidos a la Academia para su censura siendo aprobados por la Comisión de Arquitectura el 25 de febrero de 1829, ya que desarrollados con inteligencia manifestaban el estado en que se encontraba el puente, así como las obras de reposición y reparación que debían ejecutarse en él.

La Comisión de Arquitectura del 26 de enero de 1830 examinó el expediente remitido por el corregidor y formado por el Juzgado de Policía de Madrid sobre la concesión de licencia a Manuel Vilarasan a fin de establecer una fábrica de albayalde (carbonato básico de plomo, sólido y de color blanco) y minio (monóxido de plomo de color rojizo anaranjado que, diluido en aceite o ácido, se usa como pintura o preparación de antioxidante) en la casa sin número  ubicada en la calle de San José, entre las de San Pedro y San Andrés. Acompañaba al expediente el diseño y la certificación detallada de Bartolomé Tejada Díaz, los cuales tras su censura se acordó conceder a Vilarasan la licencia solicitada al no encontrar otro local más adecuado al objeto, más aislado y menos expuesto a las incomodidades y perjuicios de terceros o de vecindad de la que se hallaba enteramente independiente.

En 1837, conformándose la reina gobernadora con lo propuesto el 25 de junio por la Junta de Enajenación de edificios de conventos suprimidos, acordó resolver que para los reconocimientos, mediciones y tasaciones de los mismos como de sus terrenos en Madrid, la Academia nombrase dos arquitectos sacados por suerte entre los doce que creyese mas acertados, eligiendo dos que residiesen en dicha villa. Enterada de esta petición, la Academia envió al secretario del Despacho de la Gobernación de la Península la lista de los que creía reunían la mayor inteligencia, entre cuyos nombres figuraban los de Juan Miguel de Inclán, Custodio Moreno, Martínez de la Piscina, Pedro Ayegui, Antonio Conde y González, Juan Francisco Rodrigo, Manuel Rodrigo, Lucio de Olarieta o Ladrón de Guevara, y los de Martín Aguado, Antonio Zabaleta, José Sánchez Pescador, Tejada y Juan Morán Lavandera.

El 24 de diciembre de este mismo año de 1850 se pidió la licencia de construcción para levantar en Madrid el edificio de viviendas de la calle Lucientes, nº 4, barrio de Palacio, que sería otorgada el 15 de abril de 1851. La obra fue construida por Tejada Díez sobre terreno firme mediante una cimentación rellena de pedernal con mezcla de cal, 4 pies de grueso y medio pie más bajo que la del piso de la calle; los muros con fábrica de ladrillo sin entramado alguno y los pisos con vigas de madera y un enlistonado, siendo el yeso el relleno de su entrevigado. En cuanto a la cubierta, se armó con cerchas de madera y sobre ellas se dispuso un enripiado, terminándose con teja curva árabe. Finalmente, los paramentos se revocaron al exterior imitando sillería con un acabado gris y un sencillo revoco a la madrileña imitando ladrillo.

Su hijo Antonio Tejada Rodríguez seguió sus pasos profesionales, ya que fue uno de los primeros alumnos de la Escuela Especial de Arquitectura de Madrid. Nació en Madrid el 13 de mayo de 1826 en la calle de Preciados, nº 31, siendo bautizado al día siguiente en la iglesia parroquial de San Martín. Junto a sus padres residió en la calle del Espejo, nº 8, cuarto principal y  pronto se dedicó al estudio de la arquitectura al lado de su padre y bajo la dirección científica del profesor Juan Bautista Peyronnet. Durante cinco años cursó el 1º y 2º año de Matemáticas, Dibujo de Arquitectura y Adorno, Construcción y la parte práctica del arte al tiempo que asistía a la Sala de Arquitectura en la Academia de San Fernano. El 30 de septiembre de 1845 solicitó su ingreso en el primer año de carrera presentando su fe de bautismo y las certificaciones de los estudios que había recibido. Dicha solicitud le fue concedida en la Junta de Examen del 13 de octubre de 1845, siendo matriculado el 13 de noviembre de ese mismo año.


Fuentes académicas:

Arquitectura. Conventos, 1818-1861. Sig. 2-32-2; Arquitectura. Puentes, 1820-1859. Sig. 2-31-10; Arquitectura. Reconocimientos de obras, 1779-1862. Sig. 2-27-5; Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1820-1826. Sig. 4-68-6; Comisión de Arquitectura. Informes, 1779-1859. Sig. 2-29-6; Comisión de Arquitectura. Informes, 1808-1822. Sig. 1-29-5; Comisión de Arquitectura. Informes, 1821-1828. Sig. 1-30-1; Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y públicas, 1819-1830. Sig. 3-88; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1816-1900. Sig. 3-154, nº 19; Secretario general. Académicos. Arquitectos, 1790-1807. Sig. 1-43-2; Secretario general. Solicitudes de ingreso en la Escuela Especial de Arquitectura, 1845. Vid. Fondo Escuela Especial de Arquitectura. Sig. 5-67-2.


Otras fuentes: Otras fuentes: Edificio de viviendas de la calle Lucientes, nº 4. Sig. 4-74-38 (AVM).
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