Sánchez Perteso, FernandoLeón, 1767 - León, 1840


Nació en León hacia 1767. Como discípulo de la Academia se presentó entre 1786 y 1790 a numerosas ayudas de costa. En 1786 obtuvo la de los meses de octubre y diciembre por la 2ª de Arquitectura en las Juntas Ordinarias del 5 de noviembre de 1786 y 7 de enero de 1787, con los diseños de Un capitel y cornisamento del pórtico de la Rotonda (A- 5542) y El capitel y cornisamento según Paladio (A- 5554 y A- 5555). En 1787 le fue concedida la del mes de marzo por la 2ª de Arquitectura en la Junta Ordinaria del 1 de abril, con el diseño del Intercolumnio de Scamocci, cap. 19 del libro 6º (A- 4984 y A- 5559). En esta ocasión había obtenido 2 votos de 4, misma puntuación que Mateo Vicente Tabernero, pero la conseguiría por ser el «más moderno» de los dos, es decir, el último que se había matriculado. Asimismo, ganó la de los meses de octubre y diciembre por la 1ª de Arquitectura en las Juntas Ordinarias del 11 de noviembre de 1787 y 6 de enero de 1788, con los diseños de Un patio circular y de 120 pies de diámetro de orden dórico, arreglado a triglifos  (A- 4985 y A- 4986) y El Templo de la Rotonda según Desgodetz, (A- 4952 y A- 4953) respectivamente.
En este mismo año de 1787 se presentó al concurso de Premios Generales por la 2ª clase de Arquitectura, convocatoria que también firmaron Mateo Vicente Tabernero, Francisco Martín del Orcajo, Vicente Giraldo, Anselmo Mateo Doret, Santiago Marchy, Evaristo del Castillo, Manuel de la Peña y Padura y Julián Rodríguez. Al igual que todos ellos tuvo que elaborar como prueba de pensado el proyecto de «[...] una puerta magnífica para esta Corte, en lugar de la de Atocha, con su planta, corte y fachadas, todo geométrico» (A- 3448 y A- 3449) y como ejercicio de repente el diseño de «Una Portada de un Palacio» (A- 4988). Dichos asuntos habían sido elegidos en la Junta Ordinaria del 3 de diciembre de 1786 y Junta General del 7 de julio de 1787 respectivamente. Hubo trece vocales quienes otorgaron el 1º premio de 2ª clase a Fernando Sánchez y el 2º a Evaristo del Castillo, galardones que fueron distribuidos en la junta celebrada el 14 de julio de 1787 en la misma sala de la Academia que años anteriores.
Al año siguiente volvió a presentarse a las becas mensuales, obteniendo la de los meses de febrero y abril por la 1ª de Arquitectura en las Juntas Ordinarias del 2 de marzo y 4 de mayo de 1788, con los dibujos de una Puerta principal para una ciudad al estilo antiguo (A- 3450 y A- 4991) y Una casa para un magistrado, (A- 1376 y A- 1377) respectivamente.
1790 fue el último año en que se presentó a las ayudas de costa, en esta ocasión por la del mes de febrero por la Perspectiva en la Junta Ordinaria del 7 de marzo, tras realizar el diseño de Dos figuras que suben por una escalera de un edificio (A- 5396).
A principios de marzo de 1794 se presentó a los ejercicios para académico de mérito con el proyecto de Un colegio universidad (del A- 594 al A- 597), pero la Junta Ordinaria celebrada el 2 de marzo no le halló con el mérito suficiente y le concedió en su lugar el título de arquitecto. 
Al mes siguiente fue nombrado por el cabildo de León maestro mayor de su catedral con el salario anual de 400 ducados de vellón, nombramiento que fue visto por la Academia en la Junta Particular del 1 de junio de 1794. Por entonces, los comisionados del Ilustrísimo Cabildo le encargaron el dibujo de la planta y el alzado de los pedestales, remates y enverjado con los que se intentaba cerrar el atrio del templo catedral sujetándose en todo a los medios del perímetro de las fachadas y el carácter de la iglesia, procurando a su vez que su coste no fuese muy alto y no se impidiese el desahogo de las calles. Dicho plan junto con una copia de los dibujos indeterminados que había trabajado fueron remitidos a informe de la Academia el 17 de mayo de 1794, siendo despachados el 10 de junio. 
Un año más tarde, la Junta Ordinaria del 4 de enero de 1795 notificó su nombramiento como arquitecto de León y la Junta de la Comisión de Arquitectura  del 13 de  febrero censuró «Un expediente sobre reparacion de la Yglesia Parroquial de Miajadas en Extremadura. Se vuelven á aprovar los diseños formados por Dn Ferndo Perteso, con una enmienda en gracia del menor costo de la obra, y se reprueba el plano formado por Fr. Andres Hernandez».
Tras ser reprobado el plano ejecutado por Francisco Soriano en junio de 1794 para la construcción de la iglesia parroquial de Vilobi (Gerona), el Consejo acordó y previno a la Academia para que nombrase a un maestro arquitecto de su satisfacción a fin de que levantase los planos nuevamente. La corporación contestó el 8 de octubre de ese mismo año que no era su costumbre entenderse directamente con los arquitectos que debían ejecutar los planos para las obras, por lo que sólo proponía a los que consideraba los mas hábiles y apropiados para el objeto, hecho por el que propuso al académico arquitecto Juan Antonio Cuervo para que reconociese la obra.  En estos momentos, la fábrica de la iglesia estaba comenzada y su mal gusto e irregularidad eran evidentes, como la falta de caudales para poderla concluir, sin embargo, la Academia fue de la opinión que podía concluirse, pero no sin antes advertir que estas obras no debían ejecutarse sin la debida solidez y arreglo al arte a fin de que no se malgastasen caudales innecesarios. Pasados los años, las obras de la iglesia siguieron dando problemas hasta que  el 2 de febrero de 1797 el cabildo  remitió a censura de la Academia el expediente del templo junto con los planos del arquitecto Fernando Sánchez Perteso y los mal formados en borrador por fray Andrés Hernández, los cuales por tres veces habían sido reprobados debido a la mala pericia del religioso, tanto en lo que respecta al conocimiento del arte como a la práctica constructiva.
Gracias a la Junta de la Comisión del 29 de noviembre de 1799 tenemos constancia que en esta fecha llegó a la corporación un expediente relativo a la reparación de un puente y otras obras en el río Cea (León) junto con el plano levantado por Pedro Nicasio de Benavides y que el Consejo mandó que otro arquitecto, además de reconocer el sitio de las obras, expusiese su parecer haciendo nuevas trazas en caso de que fuera necesario. El reconocimiento fue practicado por Fernando Sánchez Perteso, quien en su declaración varió algo el proyecto anterior al creer innecesaria la formación de un nuevo plano y pensar que la equivocación de Benavides se debía al cálculo de la obra. No obstante, la junta reprobó el proyecto al carecer de las demostraciones necesarias y  ser necesaria una comprensión más extensa del curso del río. 
Cuatro años más tarde Sánchez Perteso trabajó los diseños en borrador para la construcción de una cárcel en el castillo antiguo de la ciudad de León aprovechando de la fortaleza todo lo que fuera posible. La Comisión de Arquitectura reunida el 28 de abril de 1803 censuró y aprobó los cuatro planos que el arquitecto había formado para este objeto, no sin antes prevenirle que «al tiempo de ponerlos en limpio haga de menor diametro la luz ó vano de la ventana del timpano del frontispicio, y qe asimismo aligere los adornos que se demuestran sobre la puerta principal».
Del mismo modo, en 1807 trabajó tres diseños en borrador para la parroquial de Santervás de Campos (Valladolid), reprobados por la Comisión de Arquitectura el 28 de julio; un diseño del camposanto para la ciudad de León, tres dibujos en borrador de una sacristía para su catedral y otros tres más en borrador para la ampliación de la iglesia parroquial de Santervás de Campos, estos tres últimos proyectos censurados por la Comisión de Arquitectura el 3 de diciembre.
Posteriormente, remitió a censura el proyecto en borrador de un rastro o matadero hecho de maderas con cerca de piedra para la venta del «obejuno y cabrio» en la ciudad de León, a fin  de sustituir al que existía y habían destriudo los frnaceses entre los cubos y cortinas de la muralla. Fue aprobado en todas sus partes por la Comisión de Arquitectura el 1 de febrero de 1815, pero a su vez envió otros dos dibujos para la construcción de la iglesia parroquial de San Tirso de Mestajas en el obispado de Astorga (León) «con provecho de algunos trozos de Paredes de la antigua», los cuales fueron igualmente aprobados por la Comisión de Arquitectura el 5 de mayo de ese mismo año. Según cuenta la historia, los Reyes Católicos adjudicaron Mestajas al señor de Saludes de Castroponce (Valladolid) en recompensa por haber tomado parte activa en la conquista de Granada con sus mesnadas. La localidad poseía una ermita románica que funcionó como parroquia abierta al culto hasta 1715 bajo la advocación de San Tirso, pero tras ser derruida sus imágenes fueron trasladadas a la parroquia de Altobar de la Encomienda de la que era aneja, convirtiendo el lugar en un despoblado situado muy cerca de Navianos de la Vega, municipio de Alija del Infantado (León).
Siendo residente en la ciudad de León, Sánchez Perteso comunicó a la Academia que se estaban llevando a cabo una serie de obras de reparación en el Real Convento de San Isidro sin la pertinente censura de planos y la dirección de un arquitecto aprobado. Las obras a reparar consistían en las piedras de las paredes, los aristones de las bóvedas y el graderío suelto y calcinado resultado del fuego de un rayo, motivo por el que se tenían que hacer cuatro altares, los órganos, la sillería de coro y el púlpito, además de otras obras que tras el acuartelamiento de las tropas españolas y francesas se hallaban muy deterioradas.  A fin de llevar a cabo las obras necesarias  y realizarlas según lo dispuesto en la Circular del 28 de febrero de 1787, el abad de San Isidro de León remitió a la Academia el 17 de mayo de 1815 una carta expresándo las obras que debían hacerse en el templo y su buena disposición para ejecutarlas según lo mandado bajo la dirección de un profesor aprobado.
A finales de 1815 Sánchez Perteso remitió a examen de la Academia cuatro diseños para León: dos de un nuevo proyecto de cárcel para Astorga y otros dos para la construcción de la iglesia parroquial de la villa de San Millán de los Caballeros. Aunque carecían de informes facultativos y el correspondiente avance del coste de las obras, la Comisión de Arquitectura reunida el 9 de diciembre de 1815 los vio arreglados y dignos, acordando que «la Academia los debuelva diciendo á su autor que conservando el mismo orden y tamaño que presentan estos borradores, según esta mandado, proceda á ponerlos en limpio para que pueda recaer su aprobacion». Los planos puestos en limpio fueron remitidos a informe de la corporación el 10 de mayo de 1817 por el Tribunal Eclesiástico de la villa de Benavente (Zamora) y al hallarlos arreglados merecieron la completa aprobación de la Junta de la Comisión de Arquitectura el 13 de junio y de la Academia en la Junta Ordinaria celebrada al día siguiente. Se acordó también que ante los errores de los que se quejaba el constructor se debía fiar la dirección  y responsabilidad de la obra a un arquitecto, quien debía responder de su solidez y a quien únicamente podían permitírsele los asuntos parciales que tuviesen por convenientes, sin que jamás se consintiera que esta clase de obras fuesen ejecutadas por asiento ni a destajo por lo perjudicial que sería y la experiencia tenía acreditado.
Al año siguiente, la Junta de la Comisión de Arquitectura reunida el  27 de abril de 1816 vio un oficio remitido por este maestro arquitecto, sobre el incumplimiento constante de las reales órdenes en la ciudad de León, inclusive después de haber enviado el secretario de la Academia, José Luis Munárriz, un oficio al abad y prior del convento de San Isidro en aquella ciudad para que fuesen cumplidas en lo referente a la construcción y reparación de los edificios públicos. Sánchez Perteso puso en conocimiento de la institución que se había reparado, blanqueado y pintado la fábrica de la iglesia, se habían puesto mesas de altar, gradas, un tabernáculo, balaustradas, un púlpito y otros adornos sin planos, diseño de profesor aprobado y sin el conocimiento de la Academia con la excusa de que para dichos reparos tan sólo eran necesarios un aparejador albañil o un cantero que las proyectase y dirijiese. Del mismo modo, advirtió el hecho que por estos mismos cauces se estaban llevando a cabo  las obras del convento de monjes Benedictinos de Sahagún y en este mismo lugar la iglesia parroquial. Atendiendo a esta queja, la Comisión  de Arquitectura acordó que su resolución dependía de la Ordenanza de Arquitectura que, a propuesta del viceprotector, se estaba formando por acuerdo de la Academia. 
A mediados de 1817 el Tribunal Eclesiástico de la villa de Benavente (Zamora) remitió cuatro planos en borrador y en limpio ejecutados por Sánchez Perteso para la construcción de la iglesia parroquial de San Millán de los Caballeros (León), los cuales merecieron la total aprobación; del mismo modo, se estudiaron los errores de los que se quejaba el encargado de la obra, a lo que la Comisión de Arquitectura del 13 de junio de 1817 respondió que estos debían «fiarse  á la direccion y responsabilidad del Arquitecto que ha de responder de su solidez á quien unicamente pueden permitirse los ajustes parciales qe tenga por combenientes, sin que jamas se consienta que esta clase de obras en que tanto interesa la seguridad publica se executen por asiento ni á destajo por lo expuesto, y perjudicial que la experiencia hace conocer sus resultados». 
Más tarde se ocupó de elaborar el proyecto en borrador de la iglesia parroquial dedicada a San Pedro en la villa de Valencia de Don Juan (León), el cual, una vez censurado por la Comisión de Arquitectura el 2 de junio de 1818 se le comunicó al autor la obligatoriedad de formarlo de manera  más sencilla, suprimiese una de las torres, diese mayor elevación al pórtico a fin de darle mayor proporción y suprimiese totalmente el uso de encajonados de tierra que tenía previsto introducir al ser un material despreciable en las fábricas y sobre todo en este tipo de obras. 
A finales de año llegaron a través del Consejo Real sus planos y las regulaciones de las obras que había hecho para sujetar las aguas del río Porma en la provincia de León, obligándolas a tomar su curso por el puente de Villarente y Barbacana de San Marcos. La Comisión de Arquitectura celebrada el 1 de noviembre creyó acertada su propuesta para evitar los daños experimentados en la última avenida, no obstante, creyó que lo primero que debía hacerse era abrir «la madre del Rio profundandola en el medio, colocando los materiales que de alli resulten á los costados, con cuyas prevenciones acaso podrá evitarse el gran (¿gasro?) del malecon que se propone».
Con motivo de un oficio enviado a la Academia de orden del Consejo y Real Cámara de Castilla solicitando la existencia de algún profesor aprobado en las inmediaciones del lugar de San Salvador, feligresía de San Martín del Valledor en la diócesis de Oviedo, que se encargase de la formación de los planos reprobados de la iglesia parroquial del mismo pueblo, la Comisión de Arquitectura del 7 de diciembre de 1818 y en presencia de las listas de los profesores existentes en las provincias, vio que los más contiguos a la zona eran los arquitectos Fernando Sánchez Perteso y Jacinto García de la Torre, ambos residentes en la ciudad de León a quienes se les nombraría para desempeñar el encargo. Respecto a esta obra, el 9 de septiembre de 1817 la Comisión de Arquitectura había examinado y reprobado un diseño realizado por el religioso Hilarión de Ugalde, que sin el gasto de peonage y acarreos había graduado la obra en 19.840 reales de vellón. El dibujo se vio incorrecto, falto de proporciones y carente de todo carácter de la buena aquitectura, hecho por el que la Academia devolvió la obra a los interesados comunicándoles que debían valerse de profesores acreditados y no de un maestro de obras del monasterio de Corias, que no contaba con el título revalidado por ninguna de las Reales Academias. En vista de estos resultados, el dean y cabildo de Oviedo nombró para estos trabajos a Francisco Antonio Muñiz, único arquitecto que había en el obispado y que tenía como destino ser fontanero de aquella ciudad, pero debido a sus muchas ocupaciones no pudo aceptar el nombramiento, obligando al Supremo Tribunal a dirigirse a la Academia para que designase algún arquitecto de esas inmediaciones que se pudiera encargar de la formación de los planes correspondientes. Este fue el motivo por el que serían designados Sanchez Perteso y Jacinto García de la Torre para llevar a cabo la formación de los planos de la iglesia parroquial de San Salvador en San Martín del Valledor. 
Al año siguiente, la Comisión de Arquitectura del 14 de abril de 1819 despachó un oficio de Sánchez Perteso, quien hacía presente como la inexistencia de otros profesores aprobados en la ciudad de León obligaba a los corregidores y alcaldes mayores a encargar a los albañiles y  canteros los reconocimientos y casos judiciales de la profesión, como  también que seguían examinando y nombrando a maestros alarifes expediendo los títulos correspondientes, infringiendo así las reales órdenes y los estatutos. Respecto a este asunto y en virtud del exorto librado por el viceprotector al Ayuntamiento de León, este último hizo una exposición en la que comunicaba que jamás había examinado y aprobado a maestros alarifes como se había informado, ni menos cencedido título alguno, tan sólo que todos los años y el día 30 de diciembre nombraba alarifes o maestros albañiles para que pudieran asisitir a los posibles  incendios que pudieran ocasionarse. 
A finales de 1819 se censuraron tanto los planos como los informes realizados por Sánchez Perteso y el padre Benedictino Miguel Echano, para la reparación de la iglesia de Santervás de Campos (Valladolid). En vista de la disparidad y discordia  que se advirtió en los diseños e informes de demolición, así como en los presupuestos dados por ambos profesores, la Comisión de Arquitectura reunida el  25 de septiembre de 1819 acordó pasar el asunto a un académico de mérito que llevase a cabo un nuevo reconocimiento, cuyo informe y diseños pasasen una nueva censura.
La Junta Ordinaria del domingo 22 de enero de 1826 aprobó a Sanchez Perteso sus diseños para el puente de la villa de Toral de Merayo (León). En  junio de este mismo año fueron remitidos a informe el calculo y el avance nuevamente formado por este arquitecto para llevar a cabo la continuación de las obas que debían regular, sujetar y recoger las aguas del río Perna, obligándolas a tornar su curso por el puente de Villarente (León). El plano de esta obra fue aprobado en la Junta Ordinaria del 2 de noviembre, junto con el diseño de la reparación del puente de San Marcos de León. 
En 1828, como consecuencia de la Real Cédula de S.M. del 21 de abril por la que se establecían de nuevo las reglas que habían de observarse en el ejercicio de las nobles artes y en los nombramientos de los arquitectos de las corporaciones civiles, el Ayuntamiento de León notificó a la Academia el 11 de junio que Sánchez Perteso era por entonces su arquitecto mayor con una dotación de 400 ducados de sueldo. Pero antes de acabar el año serían remitidos a censura de la corporación sus diseños para la nueva Real Cárcel de la villa de Bembibre (León), siendo aprobados por la Comisión de Arquitectura el 4 de diciembre.
Al año siguiente nuevos proyectos suyos serían censurados: en la Junta de la Comisión de Arquitectura del 10 de enero de 1829 el plano para la reparación del puente y calzadas de la villa de Pedrosa (León) sobre el río Esla junto con el correspondiente informe facultativo y el cálculo detallado de las costas, además de sus diseños para la reedificación del puente de Domingo Flórez sobre el río Cabrera en el partido del Bierzo (León) , mientras que  el  11 de agosto lo fueron el plano, el informe facultativo y el calculo de los costes para la construcción y arreglo del puente de Mercadillo, también sobre el río Esla, pero en la villa de Sorriba.
Su proyecto para la reparación  y nueva forma del puente de Boeza en la entrada de la villa de Ponferrada (León), junto con el pliego de condiciones y el calculo detallado de la obra fue remitido a la Academia a principios de 1830 y aprobado por la Comisión de Arquitectura el  9 de marzo, pero el 20 de abril lo fueron asimismo sus diseños para el puente que se intentaba ejecutar sobre el río Cea en el termino y lugar de la Sota, jurisdicción de Valderrueda (León). 
Antes de acabar el año de 1830 y estando avecindado en León, Mariano Álvarez Fernández consultó a la Academia sobre las innovaciones y reformas que eran necesarias para la conclusión de la iglesia parroquial de Villanueva del Campo (Zamora). En vista de que se dudaba sobre lo que debía hacerse, la Comisión de Arquitectura celebrada el 3 de noviembre acordó que el arquitecto Fernando Sánchez Perteso ejecutase un informe respecto a dicha obra a fin de resolver definitivamente las dudas existentes. Su parecer fue reseñado en el informe concluido el 20 de septiembre con las siguientes palabras: «la reduccion de la armadura que Dn Mariano quiere hacer consiste en suprimir todos los tirantes, formando con tijeras y puentes la figura del tejado en cada cuchillo, dejando casi tangentes sus pares con los costados de la Bobeda, bajo el supuesto de suprimir tambien la altura de las paredes, pensando ahorrar algún gasto, que deberia acaso emplearse en el edificio para mayor seguridad y mejor aspecto publico./ La causa que da para esta variacion parece falsa pues lo fabricado de la Ygta-ba, según dicen, bien construido con buenos materiales, aunque con alguna division en los muros, asegurandome no continuar la obra con tanta solidez el director, y el empresario executor de ella por ser un mediano albañil, que ha hecho obras con gravisimos defectos, como es la de Vega de Villalobos, y no deben saber como y quanto obra una bobeda contra las paredes, por no estar impuesto en la estatica./ Si lo fabricado esta debil para resistir, como supone Albarez, el empuje de unas bobedas de cañon seguido, tambien lo estará para las a lunetadas, pues en este caso es menos la linea y peso de pared que se opone á su fuerza y mayor esta el punto de arranque, de lo que infiero ó que sobraba mucho grueso y altura à las paredes para recibir la Bobeda de medio cañon y armadura con tirante ô  que faltan á las que las sustituyan á lunetadas con el tejado sin tirantes, que spre. es mas riguroso por estribar enteramte contra las paredes  forcejando por separarlas hacia los lados, á no ponerse Botareles ó botareles: en vista pues de todo me parece que quando una obra mejora de condicion ó se reduce á menos con respeto á la ampliacion de la idea guardando la forma primitiva, no habra necesidad de remitirla a la censura de la Academia; mas sobre bariar enteramte de la ya aprobada por ella se sustituye una construccion mas devil ó ruynosa, se debe remitir á su censura, á lo menos confidencialmte, antes de darla al publico, porque varia enteramte el caso, y es dudosa su aprobacion por una variacion tan grande y acaso intolerable. Tambien lo es que un maestro de obras se entrometa á reconocer las obras que los Arquitectos idean y construyen, mucho mas estando aquellos aprobados por esa Rl Academia». En su opinión, el primer proyecto del arquitecto Benavides estaba mejor que la reforma llevada a cabo por Jacinto García de la Torre, quien por ahorrar en costes había formado otro nuevo sobre la misma planta, pero con gran variedad de cambios en los alzados y variaciones totales en los tejados. Por todo ello creía en la necesidad de comunicar a Mariano Álvarez que no procediera a realizar las variaciones que intentaba ejecutar para la conclusión de la iglesia, dictamen que sería aprobado por la Academia en la Junta Ordinaria del 7 de noviembre de 1830.
El nombre de Fernando Sánchez Perteso volvió a reseñarse en las juntas académicas con motivo de su nuevo proyecto de iglesia parroquial para el pueblo de San Salvador del Valledor, diócesis de Oviedo, aprobado por la Junta de la Comisión de Arquitectura el 4 de octubre de 1831. También en la Junta Ordinaria del 26 de febrero de 1832 a raíz del reconocimiento que hizo del puente de Órbigo (León), acordándose la conveniencia de levantarlo de nueva planta, antes que llevar a cabo la reforma del mismo. Asimismo, en la Junta de la Comisión de Arquitectura del 11 de septiembre y la Junta Ordinaria del 16 del mismo mes, momento en que fueron aprobados respectivamente el informe facultativo, el calculo y los planos que había elaborado junto con fray Miguel Echano de las aguas ejecutadas en las cañerías y fuentes  de la ciudad de Palencia y la nueva fuente de la Puebla de Valdavia.  


Fuentes académicas:

Arquitectura. Cárceles, 1782-1837. Sig. 2-30-1; Arquitectura. Catedrales, 1766-1805, 1851-1862. Sig. 2-32-5; Arquitectura. Conventos, 1778-1816. Sig. 2-32-1; Arquitectura. Iglesias parroquiales, 1751, 1778-1790, 1843. Sig. 2-33-1; Arquitectura. Iglesias parroquiales, 1801, 1803-1805, 1814-1818, 1824. Sig. 2-33-3; Arquitectura. Iglesias parroquiales, 1817-1826. Sig. 2-33-4; Arquitectura. Iglesias parroquiales, 1827-1833. Sig. 2-33-5bis; Arquitectura. Pantanos, acequias y cauces de riego, barrancos, lagunas, paredones, malecones, etc., 1787-1859. Sig. 2-31-1; Arquitectura. Plazas, mercados y plazas de toros, 1778-1852. Sig. 2-28-6; Arquitectura. Puentes, 1820-1859. Sig. 2-31-10; Comisión de Arquitectura. Arquitectos y maestros de obras, 1761- 1831. Sig. 2-23-1; Comisión de Arquitectura. Informes, 1788-1797. Sig. 1-28-1; Comisión de Arquitectura. Informes, 1798-1804. Sig. 1-28-2; Comisión de Arquitectura. Informes, 1803. Sig. 1-28-4; Comisión de Arquitectura. Informes, 1807. Sig. 1-29-4; Comisión de Arquitectura. Informes, 1808-1822. Sig. 1-29-5; Comisión de Arquitectura. Informes, 1821-1828. Sig. 1-30-1; Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Comisión de Arquitectura. Maestros de obras, 1825-1876. Sig. 2-23-3; Distribución de los premios concedidos por el Rey Nuestro Señor á los discípulos de las nobles artes, hecha por la Real Academia de San Fernando en la Junta pública de 14 de Julio de 1787. Madrid: Imprenta de la Viuda de Ibarra, Hijos y Compañía, 1787; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1786-1794. Sig. 3-85; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1795-1802. Sig. 3-86. 


Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


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