Peró Sabater, Agustín FelipeTarragona, 1828 - Madrid, 1879


Hijo de Agustín Peró y Antonia Sabater, nació en Tarragona hacia 1828 y murió en Madrid en 1879. Se trasladó a Madrid residiendo en la calle “Concepción Fermina”, nº 39, piso 2º y el 12 de septiembre de 1845 solicitó su ingreso en el 3º año de carrera en la recién creada Escuela Especial de Arquitectura, en vista de que tenía los estudios preparatorios exigidos. Para este fin, presentó la fe de bautismo, la certificación de dos cursos de Matemáticas aprobados, además de los certificados de los cursos que había realizado de Física experimental, Química aplicada a las artes y arquitectura. En atención a estos estudios fue matriculado como alumno en el 3º curso de carrera el 13 de noviembre de 1845.

Todos los discípulos del primer año cursaron entre las 9 y 11 de la mañana, las asignaturas de Cálculo diferencial e integral y las Aplicaciones de las matemáticas a los usos de la arquitectura; entre las 11 y 12, un día sí y otro no, Geometría descriptiva pura y aplicada a las sombras, concretamente Perspectiva con un profesor y un agregado, mientras que entre las 11:30 y 15:00 la asignatura de Dibujo.

Agustín Felipe Peró vivió a lo largo del curso de 1848 y 1849 las grandes protestas, problemas disciplinares, la ausencia en las aulas y las faltas de insubordinación por parte de los alumnos de la Escuela. Se debía a la Real Orden de 28 de noviembre de 1848 por la que quedaron suprimidos los dos años de práctica que eran exigidos para obtener el título, dejando automáticamente a los estudiantes de 3º, 4º y 5º año de carrera matriculados en 1º, 2º y 3º curso del nuevo plan. Entre estos desórdenes figuraban los acontecidos en la cátedra que desempeñaba Manuel María de Azofra, clase en la que los discípulos se negaron a responder a las preguntas del profesor, lo que motivó la emisión de la Real Orden de 15 de diciembre de 1848 acordándose la expulsión de cualquier alumno desobediente fuese cual fuese su número; que aquellos que no asistiesen a clase se les anotarían las faltas para que llegado el número prevenido perdiesen curso y aún como oyentes no se les permitiese asistir en lo sucesivo; incluso en caso de que la insubordinación exigiese la fuerza armada, los discípulos fuesen entregados a los tribunales. Esta orden fue comunicada al director de la Escuela y a través de éste a todos los profesores. Sin embargo, no era la primera vez que eran expulsados estudiantes del centro, ya que Carlos Botello del Castillo, discípulo del 2º año de carrera, lo había sido en 1847 y Cirilo y Ramón Salvatierra en 1848, habiendo sido readmitidos por la Junta de Gobierno el 6 de mayo de 1848 en atención a las manifestaciones de sus padres y sus buenos propósitos.

Enterada la reina Isabel II de los sucesos acontecidos por los alumnos del 1º y 2º año de arquitectura, acordó emitir la Real Orden de 31 de enero de 1849 que, a propuesta de la Junta de Profesores, tuvo como consecuencia la expulsión de los promotores de las revueltas (Simeón Ávalos, Manuel Giménez y de Ropero, Pedro Fores y Pallás, Bibiano Guinea, Joaquín Vega, Manuel María Muñoz, Aquilino Hernández, Antolín Sagasti, Juan Torras y Guardiola, Luis Villanueva y Arribas, José Sarasola y Pequera, Anastasio Menéndez, José Limó y Fontcuberta y Manuel Villar y Vallí), como la de aquellos que no habían cumplido las asistencias reglamentarias a las diferentes clases (Dionisio de la Iglesia, Carlos Mancha y Escobar, Francisco Urquiza y José Segundo de Lema).

Aunque se acordó no admitir a matrícula a los alumnos expulsados ni a los borrados por falta de asistencia, lo cierto es que en su mayoría fueron readmitidos por la Real Orden de 16 de mayo de 1849 una vez arrepentidos de sus actos. A partir de entonces se exigió a los aspirantes para solicitar la matrícula ir acompañados de sus padres, tutores o encargados responsables de su conducta y acreditar no haber tomado parte en las revueltas que habían motivado dichas disposiciones, recordándoles al mismo tiempo que cualquier falta de subordinación se castigaría en lo sucesivo con arreglo a las Reales Órdenes de 15 de diciembre de 1848 y 31 de enero de 1849.

Por estas fechas, S.M. aprobó la iniciativa de algunos profesores de la Escuela Especial de Arquitectura para que el profesor Antonio Zabaleta pasase a Toledo con algunos discípulos, a fin de proporcionar buenos dibujos y modelos para la enseñanza de los que la Escuela carecía. Los estudiantes debían costearse el viaje e ir acompañados de un profesor, a fin de practicar las mediciones de detalles, conjuntos de edificios y vaciados de los monumentos que se encontraban en dicha población.

Zabaleta salió rumbo a Toledo el 24 de abril de 1849 con 30 alumnos que trabajaron entre 12 y 14 horas diarias, permaneciendo en la ciudad hasta el 14 de mayo. De los treinta discípulos, 7 se hallaban en el año de práctica, lo que significaba que tenían todos los estudios concluidos, siendo el caso de Severiano Sainz de la Lastra, Joaquín Fernández, Pantaleón Iradier, Manuel Heredia, Santiago Angulo, Mariano López y Luis Pérez; 8 se encontraban en el 3º año de carrera como Felipe Peró, Domingo Inza, José Mariano Mellado, Máximo Robles, Rafael Mitjana, Antonio Cortázar, Antonio Iturralde, además de Francisco Verea y Romero; 13 cursaban el 2º año de carrera, encontrándose entre ellos Antonio Ruiz de Salces, Cristóbal Lecumberri, Juan Lozano, Fernando Ortiz, Cirilo Ulivarri, Juan Germán, Alejo Gómez, Juan Nepomuceno de Ávila, Juan Jarelo, José Asensio y Berdiguer, Demetrio de los Ríos, Manuel Villa y Valle, aparte de Francisco Villar), mientras que 2 cursaba el 1º año como Aureliano Varona y Francisco Cubas.

Los trabajos realizados fueron expuestos en una exposición pública organizada en Toledo antes de que los autores regresasen a Madrid. Entre las obras figuraban detalles y fragmentos de la Casa de Mesa; los azulejos y las bóvedas de la Capilla de San Jerónimo en la Concepción Franciscana; los azulejos de la Casa de Misericordia en San Pedro Mártir; la planta, el corte longitudinal, los detalles de los arcos y capiteles de Santa María la Blanca como de San Juan de los Reyes. Asimismo, vaciados de varios sepulcros, pilastras, arcos, arquivoltas, fajas y frisos de la catedral.

La expedición fue todo un éxito y en vista de los resultados obtenidos, la Junta de Profesores comunicó a la Academia lo útil que era el estudio de los monumentos como que consiguiese del gobierno varias pensiones anuales para un cierto número de alumnos a fin de comisionarles para este objeto.

Ya de vuelta del viaje, solicitó el 22 de agosto de 1850 día y hora para presentar el proyecto fin de carrera, dado que había finalizado todos los estudios teóricos y prácticos prevenidos en el reglamento y certificaba la carta de pago de los derechos del título. Acreditó sus estudios a través de la certificación librada por el secretario perpetuo de la Academia de San Fernando, Marcial Antonio López, que expuso la trayectoria académica del pretendiente en el centro con las siguientes palabras: «Agustín Felipe Peró [...] como alumno de la Escuela Especial de Arquitectura en año segundo, despues de haber sido examinado y aprobado del primero de la misma carrera, asistió al curso de 1845 á 1846 habiendo sido aprobado con la nota de bueno; que en el de 1846 á 1847 fue aprobado del tercer año; y que asimismo lo fue del cuarto en el curso de 1847 á 1848, con la nota de bueno en materias y muy bueno en dibujo: que matriculado en el curso de 1848 á 1849 al tercer año de la referida carrera con arreglo al nuevo plan fue examinado y aprobado; y que lo fue asi mismo del cuarto, con la nota de sobresaliente en el curso de 1849 á 1850».

Fue admitido al examen fin de carrera para la clase de arquitecto en la Junta General del 29 de septiembre de 1850, acordándose su cumplimiento respecto de la primera fecha del 31 de julio anterior, a fin de que pudiera tomar parte en las oposiciones a las plazas de profesores en las academias provinciales. Como ejercicio práctico elaboró los diseños de un Arco de triunfo como para recibir las tropas después de la Guerra de la Independencia (del A-3439 al A-3441), con su informe facultativo y el avance del coste de la obra. Fue examinado por la Junta de los Sres. Profesores de la Escuela Especial de Arquitectura de la Real Academia de San Fernando el 8 de noviembre de 1850 y obtuvo el título de arquitecto en la Junta General del 17 del mismo mes.

En la Junta General del domingo 9 de septiembre de 1858 fue nombrado por la Academia para hacer el reconocimiento del estado en que se encontraba el arco de triunfo del Puente romano de Alcántara (Cáceres).

La Junta de la Sección de Arquitectura celebrada el 27 de agosto de 1868 censuró y aprobó el proyecto de reforma de la fachada del Teatro del Príncipe (Madrid) formado por Agustín Felipe Peró, por entonces arquitecto municipal de su 4ª Sección. Aunque el proyecto conservaba el carácter primitivo y reformaba su ornamentación de manera acertada, la Academia creyó conveniente la supresión del escudo de armas del ayuntamiento en el hueco central del piso principal para poderlo ubicar en el frontón o sobre el guardapolvo a imitación de otros ejemplos que de esta época existían en Madrid.

Volvemos a tener noticias suyas con motivo del fallecimiento de Francisco Enríquez Ferrer y Aníbal Álvarez, momento en que fue necesario proceder a cubrir sus vacantes. Para ello fue propuesto como candidatos Simeón Ávalos, propuesta suscrita el 26 de abril de 1870 por los académicos Peyronnet, Eugenio de la Cámara, Joaquín Espalter y Antonio de Cachavera y Langara en vista de que era el arquitecto director de la Escuela Superior de Arquitectura, presidente de la Comisión de Publicaciones de los Monumentos Arquitectónicos de España, individuo de varias comisiones oficiales y haber sido propuesto en terna como catedrático por oposición de la misma Escuela. Aunque esta propuesta fue realizada en un principio para cubrir la vacante de Aníbal Álvarez, posteriormente se pensó para la vacante de Pascual y Colomer, como ocurrió más tarde.

Otro de los candidatos era Antonio Ruiz de Salces, cuya candidatura fue firmada el 27 de septiembre de 1870 por los académicos Eugenio de la Cámara, Peyronnet y Lucio del Valle para cubrir la vacante de Francisco Enríquez Ferrer. Entre sus méritos se encontraba el haber sido pensionado para seguir la carrera, primero por el cuerpo de profesores y después por el gobierno en atención a su brillante comportamiento; haber sido ayudante profesor por oposición en la cátedra de Física en la Escuela Preparatoria; opositor propuesto en primer lugar por la Academia para la plaza de arquitecto de Zaragoza; opositor a la cátedra de Geometría Descriptiva en la Escuela Preparatoria y la cátedra de Construcción en la Especial de Arquitectura; ser el autor del proyecto de edificio para la Exposición Hispano-Americana en la que obtuvo un 1º premio en el gran concurso internacional celebrado a tal efecto, como del proyecto aprobado por el gobierno para el nuevo edificio de Escuelas de Ingenieros de Caminos y de Minas, además de otras muchas obras dentro y fuera de Madrid.

No obstante, el 28 de noviembre de 1870 sería propuesto asimismo Luis Cabello y Aso por los académicos Sabino de Medina, Francisco Bellver, Francisco de Cubas y Bernardo López atendiendo a que residía en Madrid, haber sido pensionado por el Gobierno en 1858 y premiado con el 1º premio por la Arquitectura en la Exposición de Bellas Artes de 1856 y 1860; haber obtenido una mención honorífica en las restantes y opositado en 1860 a la cátedra de Teoría e Historia de las Bellas Artes en la Escuela Superior de Pintura. También por ser el arquitecto del Ensanche en 1861, en virtud de la Real Orden y a propuesta del director de la Escuela Superior de Arquitectura, en cuyo cargo había presentado varios proyectos de Fielatos y Barreras. Igualmente, por concurrir en 1862 al certamen público abierto para el Palacio de Exposición Hispano-americana, por cuyo proyecto sería premiado después en la Exposición de Bellas Artes de 1864. También por su nombramiento como profesor-ayudante para auxiliar la enseñanza artística de la Escuela Superior de Arquitectura en 1864, haber sido jurado en la Exposición de Bellas Artes de 1866 y profesor libre de Teoría del Arte, habiendo explicado en 1869 un curso gratuito de «Teoría estética de la Arquitectura» en las referidas escuelas con el beneplácito del rector de la Universidad y el director de aquella. Del mismo modo, por haber sido nombrado por el director de la Escuela para desempeñar en 1869-1870 la clase de Dibujo de monumentos antiguos y modernos, a fin de sustituir al profesor de Teoría del arte, y ser juez del tribunal de exámenes. Y finalmente, por practicar durante 12 años su profesión dirigiendo algunas fincas urbanas y publicar varios trabajos literarios relativos a la arquitectura.

Peró se encontraba igualmente entre los candidatos a la plaza al ser propuesto el 30 de septiembre de 1870 por los académicos Amador de los Ríos, Pedro de Madrazo y Francisco de Cubas. Finalmente, en vista del anuncio que convocaba a los de su clase para prever estas dos plazas vacantes de académicos de número, Mariano Utrilla solicitó una de ellas exponiendo el 2 de diciembre de 1870 ser arquitecto domiciliado en Madrid y morador en la calle Leganitos, nº 17; haber sido nombrado en 1848 ayudante de las clases de Geometría y Dibujo de imitación en la Escuela Preparatoria para los especiales de ingenieros de caminos, de minas y de arquitectura, habiendo ejercido el cargo hasta 1851 y 1852 en que dimitió tras su traslado a Zaragoza hasta junio, en que regresó a Madrid y se dedicó al ejercicio de su carrera profesional llevando a cabo encargos para corporaciones y particulares, la reparación de algunos templos de las diócesis de Tarazona (Zaragoza) y Jaca (Huesca), la dirección de las obras respectivas a las de Cascante (Tudela) pertenecientes al siglo XV y las de Murillo de Gállego (Zaragoza) del siglo XII; el anteproyecto de un seminario conciliar para Jaca (Huesca) por encargo del obispo; el anteproyecto del hospital para Fraga (Huesca) por encargo del ayuntamiento; la reforma de las oficinas de la Hacienda Pública de la provincia de Zaragoza como del anteproyecto de un edificio para dependencias del Estado y de la Escuela de Veterinaria para la misma ciudad; el proyecto y la dirección de las obras del palacio y anejos para la Exposición Aragonesa de 1868, cuyos trabajos había verificado gratuitamente; el proyecto y las obras de reforma del local del Casino de Zaragoza, así como el proyecto y la dirección de las obras de la casa del conde de Fuentes y de otras muchas en la misma ciudad. Del mismo modo, incluía su pertenencia a multitud de corporaciones académicas de bellas Artes y los títulos obtenidos: académico de número de la Academia de San Luis en Valladolid el 30 de diciembre de 1862; individuo de la Diputación Arqueológica de Zaragoza desde el 1 de enero de 1863; vocal arquitecto de la Junta Auxiliar de Cárceles el 1 de diciembre de 1863, en cuya virtud presentó gratuitamente sus servicios en la reforma y reparación de las cárceles de aquella audiencia; miembro de la Junta de Obras del Pilar y de su Comisión Facultativa el 13 de julio de 1864, en cuyo concepto tomó parte en el estudio y redacción de la memoria sobre la reforma general del templo, como en la del proyecto y obras del trascoro y cúpula principal; socio de número de la Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País el 26 de enero de 1861, desempeñando el cargo de vicesecretario desde 1863 y de secretario general desde el 1 de enero de 1866 hasta junio de 1870, en que renunció con motivo de trasladar su domicilio a Madrid, y por último, vocal secretario de la junta directiva de la Exposición Aragonesa y arquitecto director de las obras construidas para el certamen. Por otro lado, entre los títulos obtenidos distinguía: corresponsal de las Sociedades Económicas de Amigos del País de Barcelona, Cádiz, Cervera, Córdoba, Granada, Jerez de la Frontera, Las Palmas de Gran Canaria, Lérida, Málaga, Manila, Murcia, Santa Cruz de Tenerife, Santiago, Tudela y Valencia. Para finalizar, indicaba el estar desempeñando el cargo de arquitecto del Estado en la provincia de Madrid para el que había sido nombrado por el ministro de Fomento el 26 de julio de 1870.

Como podemos apreciar, los candidatos eran realmente excepcionales y, por tanto, muy difícil la elección de los que debían cubrir las plazas vacantes. En la Junta de la Sección de Arquitectura celebrada el 10 de diciembre de 1870 se procedió a verificar la calificación numérica de los candidatos y en la Junta Extraordinaria del 12 de diciembre salieron los siguientes resultados: 17 votos para Ruiz de Salces, 15 para Cabello y Aso, 11 para Peró y 4 votos perdidos, lo que dio como resultado que Ruiz de Salces cubriese la plaza de Narciso Pascual y Colomer y Ábalos la de Enríquez Ferrer.

No obstante, cuatro años más tarde los académicos Antonio Ruiz de Salces, Pedro Madrazo y Amador de los Ríos propusieron a Peró en la clase de académico de número el 17 de noviembre de 1874 con objeto de cubrir la vacante por fallecimiento de Lucio del Valle. Ante esta propuesta, la Sección de Arquitectura dio su informe favorable el 12 de diciembre, pasándose el asunto a la Sesión Ordinaria del 14 del mismo mes a fin de que fuese aprobado finalmente por la Academia, que acordó la realización de la votación secreta en la junta siguiente. En la Sesión Extraordinaria celebrada el 27 Peró salió electo como individuo de número, arquitecto que aceptó el cargo comunicándoselo a la corporación el 29 del mismo diciembre, sin embargo, no enviaría el discurso reglamentario para tal efecto hasta 1877. El estudio, titulado «De la idea ó concepto de la Arquitectura entre las Bellas Artes, y del significado y expresión del Arte en la esfera del conocimiento», fue enviado a la Academia el 23 de octubre de 1877 siendo presentado en la Sesión Ordinaria del 29. En esta fecha se acordó el nombramiento de una comisión que pudiera examinarlo, pero curiosamente en la Junta Ordinaria del 23 de diciembre de 1878 se reseñó que Madrazo se había negado a realizar su contestación al discurso de Peró, aunque no las razones que le habían inducido a ello. Los problemas, si hubo alguno, cesaron con la muerte de Peró acaecida en este mismo año de 1878. 

El Gabinete de Dibujos (Sección de Dibujo Artístico) conserva de este artista cuatro dibujos para grabar de la serie Monumentos Arquitectónicos de España, que responden a la Iglesia de San Lorenzo (Segovia) (MA/312 al MA/315). Los Monumentos Arquitectónicos fue un proyecto iniciado por la Escuela de Arquitectura de Madrid en la segunda mitad del siglo XIX con el que se quiso describir y ensalzar parte del patrimonio arquitectónico de España. Entre este patrimonio se encontraban obras del románico segoviano como las iglesias de San Millán, San Martín, San Esteban y la de San Lorenzo cuyos dibujos preparatorios de las láminas conservados en el Academia fueron realizados por insignes artistas, entre ellos Agustín Felipe Peró, Matías Laviña, José María Avrial y Ramón María Jiménez.


Fuentes académicas:

Arquitectura. Plazas de toros, mercados, puertas, puentes, observatorios, hospitales, teatros, torres, murallas, museos, institutos, ministerios, siglo XIX. Sig. 2-43-1; Comisión de Arquitectura. Arquitectos. 1848-1851. Sig. 2-14-2; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y públicas, 1848-1854. Sig. 3-91; Libro de actas de juntas ordinarias y extraordinarias,1877-1880. Sig. 3-97; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1816-1900. Sig. 3-154, nº 15; Secretario general. Académicos correspondientes, honorarios, de número, supernumerarios y electos, 1859-1923. Sig. 1-53-4; Secretario general. Académicos de la Sección de Arquitectura, siglo XIX. Sig. 1-53-5; Secretario general. Alumnos. Expedientes de los primeros alumnos de la Escuela Especial de Arquitectura para su examen fin de carrera, 1849. Sig. 5-68-3, nº 3; Secretario general. Enseñanza. Disciplina en los estudios, 1768-1856. Sig. 1-20-2; Secretario general. Enseñanza. Expediciones artísticas de los discípulos de la Escuela Especial de Arquitectura a: Toledo (1849), Salamanca (1853), Guadalajara (1854) y Granda (1856), 1849-1856. Sig. 1-32-5; Secretario general. Enseñanza. Planes de estudios, 1845, 1846-1850. Sig. 1-19-17; Secretario general. Libro de registro de matriculados en la EEA, desde el curso 1845-1846 hasta el de 1858-1859. Sig. 3-152; Secretario general. Lista de alumnos, 1845. Sig. 5-67-1; Secretario general. Solicitudes de ingreso en la Escuela Especial de Arquitectura, 1845. Sig. 5-67-3.


Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


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