Navarro y David, JoséMurcia, ca. 1760 - Murcia, 1816


Nació en Murcia hacia 1760 y murió en la misma ciudad el 3 de noviembre de 1816.  Perteneciente a una familia de artesanos de la madera, comenzó su formación en el taller familiar elaborando tabernáculos y retablos para las iglesias de Murcia y su provincia, como el tabernáculo de la iglesia de Santa Eulalia o el retablo de la iglesia de Santo Domingo de Guzmán, al tiempo que impartía las enseñanzas de arquitectura y adorno en la Escuela Patriótica de Dibujo de la Sociedad Económica de Amigos del País de Murcia.

Posteriormente se trasladó a Madrid para matricularse el 5 de octubre de 1789 como alumno en la Academia de San Fernando, centro en el que aprendió la técnica para imitar la piedra en estuco sobre madera. No obstante, volvió al poco tiempo a su ciudad natal, ya que dos años más tarde fue remitido a informe de la Comisión de Arquitectura un dibujo suyo para el altar de la iglesia parroquial de Santa Catalina en la ciudad de Murcia, a los que la Comisión les hizo varias advertencias el 13 de julio de 1791. 

Antes de acabar la década de los noventa elaboró dos diseños para el altar colateral de la parroquia de San Bartolomé en esta misma ciudad de Murcia, copia de otro colateral existente. Con la idea de construir el altar igual al que existía, Navarro y David ideó el diseñó en planta y alzado con la diferencia del aumento de dos estatuas que se debían colocar a los lados. La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 29 de marzo de 1799 advirtió algunos defectos importantes en esta copia, los cuales «insinuan la poca inteligencia de Navarro, y no tiene presente haber aprobado el que ya existe, y que quiere sirva de modelo al que se intenta executar: por lo que conviene que para la execucion del nuevo se forme diseño del actual con el aumento de las Estatuas que quieren los Devotos, por Profesor de merito conocido, y que venga á censura de la Academia».

En 1808 solicitó de la Academia de San Carlos de Valencia el título de arquitecto sin conseguirlo, de ahí que después de la Guerra de la Independencia y con motivo de solucionar unas cuestiones judiciales que tenía pendientes se trasladó de nuevo a Madrid en 1815 aprovechando el viaje para presentar varias obras a la Academia de San Fernando. Por entonces era director de la sala de Ornato y Flores en la Escuela Patriótica de la Real Sociedad de la Ciudad de Murcia y aparejador jubilado de las Reales Obras de Lorca en la misma provincia. Entre las obras presentadas en mayo de 1815 figuraban una columna con basa y capitel de orden toscano y cinco muestras de yeso marmolizado artificial, yeso blanco sacado de Vicálvaro (Madrid), que asemejaba en tacto y duración al marmol y podía hacerse de diferentes colores.

A la hora de hablar sobre este nuevo material lo describió con las siguientes palabras: «siendo en su principio de la dócil y delicada Piedra de que se saca el Yeso blanco en Vicálvaro, se halla convertido en un bien imitado mármol a causa de cierto descubrimiento hecho en la ciudad de Murcia». Había adquirido este conocimiento a fuerza de especulaciones y era tanta su utilidad que con esta especie de mármol se podían hacer todos los ornatos que se quisieran, desde mesas de altar, losas para cómodas y mesas hasta tabernáculos y cualquier tipo de ornato destinado a templos. De hecho, puso de relieve lo económico que era esta materia, pues si se quería hacer un tabernáculo en mármol costaría 40.000 reales mientras que si se realizaba en este material tan sólo entre 8.000 y 10.000 reales.

Asimismo, presentó otros diseños de su mano, entre ellos la Fachada y elevación que se puede destinar para entrada de una ciudad, puerta de jardín o arco de triunfo (A- 3452), único diseño fechado en 1792; Un cementerio para una población de seis mil vecinos, con distinción de sepulcros para dos comunidades religiosas (A- 4811 y A- 4812); Un salón para obsequiar a un príncipe, con funciones de baile, conciertos de música y otras diversiones (del A- 5186 al A- 5188) y la Puerta de jardín del Excmo. Sr. Conde de Pino Hermoso en Orihuela  (A- 3519).  Acompañó los dibujos con una certificación librada por el maestro de obras de la Academia de San Carlos de Valencia Mariano Sánchez, en la que se reseñaba algunos trabajos que había dirigido y ejecutado el interesado: los trabajos de cantería de la portada del jardín del conde de Pinohermoso situada en el Paseo de esa ciudad y las obras de albañilería del camarín de Nuestra Señora de Monserrate. También el haber sido nombrado en 1804 para llevar a cabo el reconocimiento de la presa en el río Segura, de donde tomaban las acequias Alquibla y Molina (Murcia) como las norias de Moquetas y Cobos (Murcia), levantando en esta última algunos de los planos del corte, el perfil y la planta de la nueva obra.

Pero, ¿qué perseguía Navarro y David presentando su descubrimiento y estos proyectos? Sin duda, ser admitido en la clase de maestro arquitecto por la Academia de San Fernando a fin de poder descansar el poco tiempo que le quedaba de vida, ya que en estos momentos contaba con 60 años de edad. Respecto a su descubrimiento, la Academia le comunicó que debía protegerlo y exponer sus ideas a la corporación, mientras que en cuanto a los dibujos presentados la Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 13 de abril de 1815 los consideró como obra de pensado para recibirse en la clase de maestro arquitecto. Fue admitido al resto de los ejercicios de reglamento en la Junta Ordinaria del 7 de mayo, momento en que le sortearon los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 39, 79 y 110, de los cuales escogió el nº 110, es decir, Un monumento público a la memoria del arquitecto Juan de Herrera (A- 3566).

La Junta Extraordinaria celebrada para examinarle en la clase de maestro arquitecto tuvo lugar el 10 de mayo de 1815, asistiendo a ella los profesores Antonio Aguado, Juan Antonio Cuervo, Julián de Barcenilla, Alfonso Rodríguez, Manuel de la Peña, Antonio de Varas y José Munárriz, este último en calidad de secretario. Cotejada la obra de pensado con la de repente que el pretendiente explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Navarro principió este nuevo ejercicio contestando a las preguntas que le hicieron los profesores sobre sus obras como acerca de la teoría y práctica de la profesión. Satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron con mérito para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido el 11 de junio de 1815.

El 20 de octubre de 1815 fueron remitidos a informe de la Academia los planos para la iglesia de San Felipe Neri (Murcia) que Simón López, obispo electo de Orihuela, había encargado a Navarro y David junto a los arquitectos de la Academia de San Carlos de Valencia, Carlos Ballester y Francisco Bolarín. En vista de que transcurridos cuatro meses dichos arquitectos no habían presentado obra alguna, los PP propusieron que se llevasen a cabo los ejecutados por Navarro, de ahí que fuesen remitidos a la Academia para su aprobación según el propósito que se pretendía. Los religiosos pretendían que «guardando el mismo orden el templo querían que saliese asta la esquina de la Ermita de Sn Josef [...] que la Capilla de comunion estubiese haun lado, y que el Altar Mayor se colocase en donde se manifiesta en el plan nº 5 [...] para dar satisfaccion a los P.P. y acerles ver, que haunque el proiecto no es del todo malo, nunca la Policía interceptaría una calle publica y destrozar las casas vecinas y en particular las de Dn Ysidoro Hernandez señalada con la letra o, en el Plano nº 5 en donde sabe adonde abanza la esquina del templo qe mira al Poniente [...]. Asimismo hace de manifiesto á VS, el Planito nº 6, en donde manifiesta el exponente en perfil y planta la armadura, para el entablamto ó umbral que ba sobre las columnas entregadas a la pared, como tambien las aisladas, que lo sostienen el entablamiento del paso a la sacristía. Capilla de comunion, y comunicación á la calle de las Barcas, formando desde sus paredes laterales un arco rebajado el que sostiene la parte que le corresponde a la vobeda, [...]. Al mismo tiempo manifiesta á VS. que el votarel que aparece en los planes yconograficos, y el de el corte del diametro menor, son adicionales (...) y por eso van señalados con media tinta [...]».

La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el  16 de marzo de 1816 vio los planos suscritos por Navarro y David, pero en vista de que sabía que la congregación había mandado a otros arquitectos la elaboración de otros tantos diseños de la obra fue de la opinión que le faltaban esos segundos dibujos para formar una comparación entre ellos; además, la corporación tenía acordado no manifestar su parecer respecto a los proyectos que no fuesen dirigidos a su censura por las mismas partes interesadas. La falta de salud de Navarro le llevó a comunicar a la Academia su malestar por este asunto en junio de 1816, ya que conocía varios casos en los que la institución había aprobado proyectos sin que las partes interesadas los hubieran remitido a censura, y por otro, hacer presente el no haber recibido después de obtener el título ninguna orden del rey que le instruyese sobre el procedimiento a seguir a la hora de ser aprobado un proyecto como decía la corporación.

En este mismo año de 1816 se ocupó de idear los planos para las obras de reparación y aumento de la iglesia de los Trinitarios Calzados en la misma ciudad de Murcia. Se trataba de 7 diseños en los que demostraba el estado en que se encontraba la iglesia y las obras de reparación que debían efectuarse en la misma. La Comisión de Arquitectura reunida el 24 de septiembre los examinó y acordó que «en lugar de las columnas qe para mayor fortificacion aumenta a los Pilares de la Nave pral las sustituya en Pilastras de poco vuelo haciendo las competentes travazones con la fabrica antigua de modo que formen un cuerpo solido y consistente, qe la boveda en el echo de no tener Ud una total confianza de los operarios y materiales con qe debe construirla la disponga de encamonados, que los gruesos de la cupula, y los qe preceden en la planta los arregle á la octava o novena parte según practica, acompañando dibujo del aspecto exterior de la fachada con el informe facultativo y calculo del costo de estas obras, procurando Ud en la parte restante del edificio simplificarlo con arreglo a los cortos fondos que manifiesta tener esa Comunidad, y arreglado todo lo vuelva á remitir en lineas para su nuevo examen con carta orn del Prelado en qe haga constar haberle a Ud encargado esta obra».  Como se había dictaminado, la carta del prelado fue remitida a la corporación el 22 de octubre de 1816, unos pocos meses antes de morir Navarro y David.


Fuentes académicas:

Arquitectura. Conventos, 1778-1816. Sig. 2-32-1; Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1815-1818. Sig. 4-68-9; Comisión de Arquitectura. Informes, 1788-1799. Sig. 1-28-1; Comisión de Arquitectura. Informes, 1798-1804. Sig. 1-28-2; Comisión de Arquitectura. Informes, 1808-1822. Sig. 1-29-5; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1803-1818. Sig. 3-87; Secretario general. Libro de actas de la Comisión de Arquitectura, 1806-1823. Sig. 3-140; Secretario general. Libros de matrícula de la Real Academia de San Fernando, 1784-1795. Sig. 3-301.


Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


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