Molinero, Juan de BlasBurgo de Osma, Soria, ca. 1786 - ?, ?


Hijo de Santiago e Isidora Molinero nació en Burgo de Osma (Soria) hacia 1786, pero pronto se trasladó a Madrid para matricularse como alumno en la Academia de San Fernando. Lo hizo el 15 de septiembre de 1804, a los 18 años de edad, mismo año en que elaboró una disertación sobre «[...] las generalidades de las curvas».

En 1808 optó al concurso de Premios Generales por la 2ª clase de Arquitectura, convocatoria que también firmaron Francisco Gutiérrez, Felipe Guianzo, Valentín Guidoti y Francisco Bermúdez. Al igual que ellos realizó como obra de pensado el proyecto de Un colegio o casa de educación de la principal nobleza, con salón para los exámenes públicos (del A-556 al A-561) y como prueba de repente «En la entrada de un pueblo ó ciudad la puerta ó arco de triunfo á la memoria de algún hecho singular: planta y alzado» (A-3465), programas que habían sido elegidos respectivamente el 13 de diciembre de 1807 y 31 de agosto de 1808. Los 10 vocales con derecho a voto adjudicaron el 1º premio a Juan de Blas Molinero y el 2º a Francisco Bermúdez, galardones que fueron distribuidos en la Junta Pública celebrada el 24 de septiembre de 1808 debido a la ocupación extranjera de la capital y la ausencia del Rey.

Fue discípulo particular de Antonio Aguado, director de la Academia y maestro mayor de Palacio, con quien aprendió la teoría y práctica de la profesión asistiendo a las obras a su cargo en calidad de aparejador. Trabajó asimismo y durante mucho tiempo en las obras del edificio destinado en un principio a convento de San Gil y posteriormente a cuartel de caballería.

El 20 de abril de 1814 solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como como prueba de pensado el proyecto de un Edificio para reunir en él todos los tribunales y oficinas principales de la Nación (del A-862 al A-864) con su informe facultativo y el avance del coste de la obra calculada en 37.582,673 reales de vellón, junto con la certificación de práctica firmada por su maestro particular Antonio Aguado.

La Junta de la Comisión de Arquitectura examinó la obra y los documentos aportados acordando el pase del interesado al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 1 de mayo, momento en que le sortearon los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 7, 56 y 61, de los cuales eligió el nº 7, es decir, una Puerta principal para una de las entradas de Madrid, con registros y habitación para el administrador (A-3466).

La Junta Extraordinaria se reunió el 14 de mayo de 1814 para examinarle en la clase de maestro arquitecto, asistiendo a ella los profesores Pedro Franco, Antonio Aguado, Juan Antonio Cuervo, Julián de Barcenilla, José Miguel de Toraya, Antonio Varas y José Munárriz, este último en calidad de secretario. Cotejada la obra de pensado con la de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. El pretendiente contestó a las preguntas que le formularon los examinadores acerca de sus obras y sobre varias cuestiones relativas a la teoría y práctica de la profesión.

Satisfechos los profesores con las obras ejecutadas y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron con mérito para concederle el título solicitado, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 5 de junio de 1814 «al tenor del relato de la Junta Extraordinaria del 14 del mismo, que también se leyó».

En 1820 ejecutó el proyecto de una nueva casa en la calle del Águila, hoy calle del Ángel, nº 5, manzana 114, propiedad del monasterio de religiosas de la Piedad Vulgo de las Ballecas, cuyas obras fueron supervisadas por el arquitecto municipal Antonio López Aguado.

Su interés por ostentar un título superior le llevó el 4 de mayo de 1821 a solicitar de la misma institución académica su admisión a los ejercicios para la clase de académico de mérito, exponiendo ser arquitecto y haber construido en Madrid diversas obras en el transcurso de los últimos siete años. La Academia quedó enterada de su solicitud en la Junta Ordinaria del 29 de mayo y vista la representación del arquitecto estimó conveniente acceder a ella el 2 de junio. La decisión pasó a la Junta Ordinaria del 3 de junio de 1821, que acordó la admisión definitiva del interesado a los ejercicios de reglamento. Le sortearon los programas para disertar, tocándole en suerte el número 3: «De la situación local de los Hospitales en una Corte, y lo que se deberá tener presente para su comodo uso, ventilación, y aislar las enfermedades contagiosas»; 24: «Analizar por los muchos comentadores de Vitrubio en que parte de la Arquitectura entendió mas sus doctrinas, y cuales de los A.A. clásicos les siguieron mas principalmente» y 29: «Cual debe ser la decoración exterior é interior de un templo magnifico, teniendo presente la antigüedad y moderna disciplina de la Iglesia». Pero aparte de estos asuntos se le dio como tema de demostración «El Templo hípetro, según Vitrubio, en planta, alzado y seccion». De los tres asuntos para disertar escogió el nº 3, elección que comunicó a la corporación el 14 de junio de 1821, programa que no tuvo concluido hasta el 14 de enero de 1832.

El primer profesor en censurar la disertación fue Isidro Velázquez, quien la devolvió revisada el 13 de febrero. Le siguieron Antonio Cuervo, Juan Miguel de Inclán, Custodio Moreno y Antonio de Varas, profesores que la devolvieron respectivamente los días 5, 7, 9 y 28 de marzo, y 12 de abril. Tanto Isidro González Velázquez como Antonio de Varas vieron que el asunto del discurso estaba desempeñado correctamente; Cuervo manifestó no hallar la disertación con mérito porque tan sólo era una mera traducción de la obra en francés de Averti titulada Observaciones generales sobre Hospitales; Juan Manuel de Inclán no vio novedad alguna en el tratado, lo que demostraba una idea mezquina de su autor; y por último Custodio Moreno no lo consideró digno del objeto, ya que no era más que un pequeño extracto de una memoria francesa sobre hospitales, por lo que tampoco creía debía convocarse al interesado para que leyera su disertación en la junta de examen a fin de evitarle un bochorno.

Aún con todas estas opiniones adversas, la Junta de examen tuvo lugar el 25 de abril de 1832 reuniendo a Juan Antonio Cuervo, Antonio de Varas, Juan Manuel de Inclán, Custodio Moreno y M. Fernández de Navarrete como secretario. Se expuso que sólo dos de los cinco profesores habían dado un voto favorable y que podría suspenderse dicho examen como medida prudente. Pero, aunque el 12 del mismo mes el interesado quedó enterado de las opiniones negativas que tenían los profesores sobre su trabajo, insistió en que fuese verificado su examen. Entró en la sala, leyó su discurso, presentó la prueba de diseño que se le había pedido y contestó a las preguntas, reparos y observaciones que se le hicieron. Salió de la sala para poder proceder a la votación secreta y curiosamente le fue concedido el grado de académico de mérito por uniformidad de votos. El dictamen fue elevado a la Junta Ordinaria del 20 de mayo de 1832 para su definitiva resolución, siéndole concedida la graduación solicitada por 15 votos de 17 vocales. Esta misma graduación le fue concedida en esta fecha a Manuel Álvarez de Sorribas, Pedro Ayegui y Andrés Bazán Díez.

Pero mientras que Molinero estuvo preparando su disertación académica y sufrió el examen para recibirse en la clase de académico de mérito estuvo ocupado en varias obras en Madrid y se convirtió en hermano mayor de la Real Congregación de Arquitectos de Nuestra Señora de Belén en su huida a Egipto. Por entonces eran muy común los abusos cometidos por parte de los profesores y las comunidades religiosas en la villa al no presentar los diseños de sus obras a la censura de la Academia. Esto hizo que en la Junta Ordinaria del 21 de octubre de 1827 se previniese a Molinero a remitir inmediatamente los planos y el proyecto del convento e iglesia de religiosos Carmelitas de Santa Ana ubicado en la calle del Prado, nº 5, de la Manzana 227, para su examen y censura como estaba prevenido. Una vez remitidos los diseños en borrador y censurados por la Comisión de Arquitectura el 12 de diciembre de 1827, volvió a enviarlos en limpio a principios de 1828 siendo finalmente aprobados por la Academia en la Junta Ordinaria del domingo 24 de febrero de 1828. Del mismo modo, se acordó en estos momentos comunicar a Bartolomé Tejada Díez la obligación de presentar los planos del convento de Santa Clara que se estaba construyendo en la calle Ancha de San Bernardo, suspendiéndose las obras hasta que fuese aprobado el proyecto por la corporación.

En 1831, Leandro Martínez y Fernando Ruiz, dueños de las casas nº 18 y 19 de la calle de las Negras solicitaron licencia para construir de nueva planta su fachada, cuyo proyecto de construcción fue encargado a Molinero, siendo supervisada la obra por Juan Antonio Cuervo al ser arquitecto municipal de Madrid.

Dos años más tarde proyectó la corrala de la calle Toledo, nº 66 con cuatro alturas y corredores ocupando tres de los cuatro lados del patio y cinco años más tarde la casa de corredor de la calle Tribulete, nº12 con vuelta a Mesón de Pardes y Sombrerete, sobre el solar de los corrales del escribano Antonio Cros y el cementerio del primitivo Hospital de la Corona de Aragón, aunque acabaría por construirse bajo el proyecto del arquitecto municipal José María de Mariátegui Sánchez en 1839. A partir de esta fecha, la corrala sufrió modificaciones posteriores, ya que el dueño Miguel San José del Toro solicitó en 1872 la licencia de obras al Ayuntamiento de Madrid para elevar un segundo piso, variar los huecos de fachada del piso principal, sustituir los antepechos de fábrica por balcones de hierro, abrir la puerta de entrada a la casa por la calle del Sombrerete y recoger las aguas pluviales a través de bajadas para conducirlas a la alcantarilla general por la calle Tribulete.

A través de la memoria descriptiva del proyecto, sabemos que el maestro de obras José Peña y Reigosa realizó los muros de fachada con fábrica de ladrillo recocho de 0,70 cm de espesor; las traviesas y medianerías con fábrica entramada de madera de la tierra con los marcos necesarios de 0,21 cm de espesor con tabicados de ladrillo pardo y yeso; los entramados horizontales también de madera, forjados con yeso y cascote; las armaduras de par y picadero con la cubierta de teja ordinaria; las fachadas revocadas y decoradas con un alero de madera corrido; jambas y dinteles de yeso blanco en los huecos de los balcones, además de impostas en la división de los pisos.

Cuatro años más tarde se volvió a intervenir en la corrala, en esta ocasión bajo la dirección del arquitecto de la Academia de San Fernando Enrique Sánchez Rodríguez, con objeto de levantar otro piso entramado en la parte de la fachada de la calle Sombrerete; abrir varias ventanas en los machos centrales de la misma fachada; elevar un piso o sotobanco en las dos crujías interiores y rebajar el paredón existente frente a las escuelas Pías hasta la mitad de su altura. El edificio contaba por entonces con dos plantas: la baja de 3,65 m de altura y la principal de 3,30 m, siendo la tercera, es decir, la que se pretendía levantar, de 2,85 m. La obra tiene una gran relevancia por cuanto que es la única corrala en haber sido declarada Monumento Histórico-Artístico, categoría a la que fue elevada en 1977. Hoy y según la ley de Patrimonio Histórico vigente la obra se halla protegida como Bien de Interés Patrimonial en calidad de Monumento.

En 1834, Juan de Blas Molinero ejecutó el proyecto para la iglesia del convento de las Carmelitas Descalzas de Manzanares, cuyos diseños fueron aprobados por la Comisión de Arquitectura el 17 de junio de 1834 y por la Academia en la Junta Ordinaria del 22 del mismo mes.

Dos años más tarde, la Junta de la Comisión de Arquitectura reunida el 26 de enero censuró el expediente remitido por el corregidor de la villa de Madrid con fecha 7 de diciembre de 1834, relativo al fogón y salida de humos de la habitación baja que ocupaba como inquilino Salvador Casabón en la casa café nuevo de la calle de Alcalá, promovido por su propietario Ángel Peralta y después por algunos de los inquilinos de la misma casa. La Comisión de Arquitectura nombró a dos individuos de su seno para que llevasen a cabo el reconocimiento, tras cuyo informe se hallaron conformes con lo dicho por el académico de mérito Juan de Blas Molinero en su declaración certificada y fechada el 5 de agosto último. Sobre este expediente la Comisión dictaminó: «[...] las obras de campana y cañon exento que se dirige por el Patio al centro del testero de la Escalera hasta salvar el Alero y Caballete de tejados por bien egecutados, sin exposición en manera algª á los temores que pretenden deducir, de util y comodo recurso del propietario y á los inquilinos que ocupan los cuartos superiores, y sin perjuicio conocido de los demas que suscriben la denuncia fundada en los informes que proceden del Arquitº mayor con quien no puede convenir la Comision en el estado presente; por que desapareciendo el peligro de incendio, ni la remota incomodidad de tercero, y no interesandose tampoco el aspecto publico, es visto no poderse dar otro merito á la referida denuncia que el de un interes particular contrario a la buena y recta administracion de justicia que reclama el sobresehimiento que cree deber acordar el Juzgado de policia y seguridad publica no contrariada por aquellas obras ya egecutadas con la mejor previsión».


Fuentes académicas:

Arquitectura. Conventos, 1818-1861. Sig. 2-32-2; Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1805-1815. Sig. 4-68-8; Comisión de Arquitectura. Informes, 1808- 1822. Sig. 1-29-5; Comisión de Arquitectura. Informes, 1821-1828. Sig. 1-30-1; Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Distribución de los Premios concedidos por el Rey N.S. a los Discípulos de las Tres Nobles Artes hecha por la Real Academia de S. Fernando en la Junta Pública de 24 de septiembre de 1808. Madrid: Ibarra Impresor, 1832; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1803-1818. Sig. 3-87; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1819-1830. Sig. 3-88; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1831-1838. Sig. 3-89; MOLINERO, Juan de Blas. Disertación de las generalidades de las curvas, Madrid, 1804. Sig. 3-309-25; MOLINERO, Juan de Blas. Disertación sobre la situación local de los Hospitales en una Corte, y lo que deberá tener presente para su cómodo uso, ventilación y aislar las enfermedades, Madrid, 1832. Sig. 3-310-39; Secretario general. Académicos. Arquitectos, 1790-1807. Sig. 1-43-2; Secretario general. Académicos. Arquitectos, 1832-1837. Sig. 1-44-3; Secretario general. Académicos de honor y de mérito, 1820-1845. Sig. 1-40-7.


Otras fuentes:

Otras fuentes: Proyecto de nueva casa en la calle del Águila, manzana 114, propiedad del monasterio de religiosas de la Piedad Vulgo de las Ballecas. Arquitecto Juna de Blas Molinero, 1820. Sig. 1-58-41 (AVM); Proyecto de nueva planta de la fachada de la casa, nº 18 y 19 de la calle de las Negras, manzana 102, propiedad de Leandro Martínez y Fernando Ruiz. Arquitecto Juan de Blas Molinero, 1831. Sig. 1-63-26 (AVM).


Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


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