Martínez de la Piscina, ValentínLaguardia (Álava), 1792 - Madrid, 1867


Hijo de Marcial Martínez de la Piscina y Celestina de Ágreda, nació en Laguardia (Álava) el 3 de noviembre de 1792 y murió en Madrid el 16 de marzo de 1867. Se trasladó a Madrid a fin de matricularse como alumno en la Academia de San Fernando, centro en el que cursó entre 1805 y 1810 Dibujo y Matemáticas. Su interés por las Ciencias Exactas le llevó a cursar la carrera de arquitectura, de ahí que le veamos como discípulo de Juan Antonio Cuervo y Custodio Moreno, bajo cuya dirección presentó dos planos que demostraban la planta, el corte y los alzados geométricos de una iglesia parroquial a fin de que se viera sus adelantamientos en la arquitectura, diseños que fueron vistos y censurados en la Junta Ordinaria del 20 de marzo de 1825.

El 13 de noviembre de este mismo año de 1825 solicitó su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado el proyecto de una Casa de baños públicos de aguas minerales (A-1976 y A-1977) con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, la certificación de práctica librada por Custodio Teodoro Moreno y el certificado de su conducta moral y política, este último firmado por el teniente mayor y cura de la iglesia parroquial de San Luis de Madrid, quien señalaba que el pretendiente vivía en la calle de Fuencarral, nº 11, cuarto bajo (Madrid).

La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 16 de noviembre de 1825 examinó la obra y los documentos aportados, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 27 del mismo mes, fecha en la que le sortearon los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 52, 88 y 123, los cuales respondieron respectivamente: «Un gran salon con destino á Armería adornado con el orden de Arquitectura correspondiente y cerrado con bobeda esquifada. Planta y seccion interior», «Un odeo ó pequeño teatro solo para música dispuesto y adornado de modo queesta haga todo su efecto. Planta y alzados» y «Un arca pral de repartimiento de aguas para todas las fuentes públicas y particulares de una Poblacion tan grande como Madrid: adornada con la Arquitectura qe le corresponde. Planta, alzado y corte».  De los tres asuntos escogió el nº 52, es decir Un gran salón con destino a armería (A-5147), elección que comunicó a la corporación el 29 de noviembre.

Fue examinado el 14 de diciembre de 1825, junta a la que asistieron los profesores Pedro Franco, Juan Antonio Cuervo, Julián de Barcenilla, Juan Miguel de Inclán, Custodio Moreno y Martín Fernández de Navarrete, este último en calidad de secretario. Cotejada la prueba de pensado con la obra de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se le cuestionó acerca de las mismas y sobre la teoría y práctica de la arquitectura. Contestó a varias preguntas que le hicieron los examinadores sobre geometría, por lo que trató las superficies y los triángulos aplicando esta doctrina a la medida de las casas y edificios, como también sobre el levantamiento de planos. A continuación, explicó el método de consolidar los edificios cuando se estaban construyendo y padecían alguna quiebra, para lo cual tuvo que tratar el modo de reconocer los terrenos, fabricar los cimientos y la calidad de los materiales. Por último, desarrolló la formación de los lunetos y las bóvedas esquifadas.

Una vez acabado el examen se retiró de la sala para poder proceder a la votación secreta de cuyo resultado le fue concedido el título de maestro arquitecto por unanimidad de votos en la Junta Ordinaria del 22 de enero de 1826, a los 33 años de edad.

En 1826 realizó el proyecto de un retablo para una de las capillas de la iglesia de los P.P. Capuchinos de San Antonio del Prado (Madrid), cuyo diseño fue aprobado por la Comisión de Arquitectura el 23 de mayo y por la Academia el domingo 4 de junio. Dos años más tarde remitió el diseño de otro retablo, en esta ocasión para uno de los colaterales de la iglesia de P.P. Trinitarios Calzados (Madrid), diseñado en comisión especial por el consiliario José Salomé Gracía Puente, que sería aprobado por la Junta de la Comisión de Arquitectura el 23 de junio de 1828 y por la Academia el 29 de ese mismo mes.

El 14 de mayo de 1830 envió a informe de la corporación académica el diseño de la iglesia parroquial para la nueva población de Santa Amalia (Extremadura) en superficie determinada, cuyo encargo le había llegado a través de Miguel Gómez, uno de sus colonos. Fue censurado por la Comisión de Arquitectura el 4 de junio de 1830 y aprobado por la Academia en la Junta Ordinaria del 13 del mismo mes.

En 1831 solicitó su admisión a los ejercicios para el grado de académico de mérito, siendo admitido en la Junta Ordinaria del 13 de marzo. En este momento le sortearon los programas para disertar, tocándole en suerte los números 13: «Describir las diferentes formas que se conocen de calles en las grandes Poblaciones, las ventajas e inconvenientes qe presenta cada una de ellas, cuales serán las que ofrecen mas comodidades y hermosura á sus edificios y que situación se podía elegir para formar una ciudad populosa», 30: «Cuales deben ser las miras de un Arquitecto para la formación de una ciudad capaz de 600 vecinos, explicando con toda claridad su mayor hermosura y carácter de los edificios según sus destinos, sin perder de vista la comodidad y reglas principales de policía», y  3: «De la situación local de los Hospitales en una corte y lo que se deberá tener presente para su comodo uso, ventilación y evitar las enfermedades contagiosas». En este momento también se le dio el tema de la prueba de diseño, consistente en los «Diseños geométricos del Casino ó Casa llamada del Principe en el Rl Sitio del Pardo; obra del S. Villanueva».

El 22 de marzo de 1831 comunicó a la Academia que de los tres programas para disertar había elegido el nº 3, el cual remitió el 17 de mayo de ese mismo año. La Junta de examen se reunió el sábado 11 de junio y aprobó al pretendiente por uniformidad de votos en la clase de académico de mérito; no obstante, aún debía dar su parecer la Academia, institución que lo convertiría en su individuo en la Junta Ordinaria del 12 de junio de 1831.

En este mismo año de 1831 empezó a servir al Estado como aparejador facultativo del Canal del Manzanares, en cuyo destino adquirió nuevos títulos, entre ellos Celador de Obras Públicas el 8 de mayo de 1836.

Conformándose la Reina Gobernadora con lo propuesto el 25 de junio de 1837 por la Junta de Enajenación de edificios de conventos suprimidos, acordó resolver que para los reconocimientos, mediciones y tasaciones de los mismos como de sus terrenos en Madrid la Academia nombrase a dos arquitectos sacados en suerte entre los doce que creyese más oportunos al objeto, debiendo elegir dos que residiesen en dicha villa. Enterada de esta petición, la Academia envió al secretario del Despacho de la Gobernación de la Península la lista de los que creía reunían la mayor inteligencia y aptitudes, figurando los nombres de Juan Miguel de Inclán, Custodio Moreno, Martínez de la Piscina, Pedro Ayegui, Antonio Conde y González, Juan Francisco Rodrigo, Manuel Rodrigo y Lucio Olarieta, o Ladrón de Guevara, Martín Aguado, Antonio Zabaleta, José Sánchez Pescador, Tejada y Juan Morán Lavandera.

A mediados de 1840 se le encomendó la conservación de la carretera general de Aragón, desde Madrid a Guadalajara, bajo las inmediatas órdenes del ingeniero José de Azas, y a principios de 1843 dio las gracias a la Academia por haberle nombrado suplente director de la sala de Geometría de Líneas. Un año más tarde envió una instancia a la corporación solicitando la plaza de director de Geometría de Líneas en el Estudio de Dibujo de la calle Fuencarral (Madrid), que había quedado vacante por ascenso de Atilano Sanz a la plaza de Geometría Práctica. Sería nombrado para dicha plaza en la Junta Ordinaria del 26 de mayo de 1844, nombramiento por el que dio las gracias en la Junta Ordinaria del 7 de julio.

Por la Intendencia de Madrid fue remitido a la Academia el expediente de Policía Urbana sobre el estado del horno y la casa tahona situada en la calle de la Esgrima, titulada de la Espada, cuyo examen y reconocimiento encargó la Comisión de Arquitectura celebrada el martes 11 de noviembre de 1845 a Conde y González, Sanz y Martínez de la Piscina. El informe en borrador realizado por los tres vocales fue aprobado por la Junta de la Comisión de Arquitectura el 3 de marzo de 1846, momento en que se les dijo que lo pasaran a limpio para ser presentado de nuevo a la Academia.

El 5 de enero de 1849 recibió el diploma de director de caminos vecinales y canales de riego y el 12 de abril de 1854 fue promovido a ayudante de Obras Públicas, siendo destinado a las órdenes del ingeniero jefe del Distrito de Madrid. Pero debido a sus múltiples méritos el 23 de febrero de 1859 ocupó además por antigüedad la plaza de individuo de número de la Real Academia de San Fernando.

A través de la Junta General del domingo 11 de noviembre de 1860 tenemos constancia que realizó en colaboración con Atilano Sanz y Matías Laviña el reconocimiento de la casa que se estaba reedificando en la carrera de San Jerónimo esquina a la calle Príncipe de Madrid. Este encargo les había llegado a través de una real orden de la Reina Gobernadora que había mandado nombrar a tres arquitectos designados por el presidente de la Academia de San Fernando que, pertenecientes a la misma y bajo la presidencia del alcalde corregidor de Madrid, reconociesen las obras de la casa nº 32 en dicha calle.  Pero los arquitectos designados no debían estar comprendidos en una lista que se adjuntaba y en la que se reseñaban los nombres de Aníbal Álvarez, Narciso Pascual y Colomer, Eugenio de la Cámara, Mariano Calvo y Pereira, José Jesús Lallave, José Sánchez Pescador y José María Guallart. Además, se indicaba que el reconocimiento llevaba implícito varios puntos: 1) Saber si las nuevas fachadas estaban conformes con el plano presentado a la hora de solicitar la licencia para la ejecución de las obras. 2) Si las obras practicadas habían favorecido la solidez de las fachadas que antes tenían. 3) Si existían medios científicos para abrir huecos sin establecer los salmeres, columnas de hierro, etc., que se habían introducido en las fachadas. 4) «Si en todo caso deben considerarse los medios empleados como comprendidos en la prohivicion contenida en la segunda parte de la misma Real orden» (Real Orden de 12 de enero de 1860).  5) Si existían en las obras alguna infracción de las ordenanzas municipales no comprendidas en la denuncia.

Una vez que los tres arquitectos seleccionados hubiesen hecho el reconocimiento debían emitir el correspondiente informe y remitirlo al Ministerio acompañándolo de dos copias de las partes o denuncias producidas por los informes emitido por el arquitecto municipal Juan José Sánchez Pescador al teniente alcalde del distrito el 15 de abril y 31 de mayo de 1860, así como las órdenes y disposiciones que habían sido dictadas por la autoridad. En cumplimiento con lo solicitado la Academia nombró el 28 de octubre para esta comisión a los académico Atilano Sanz, Matías Laviña y Valentín Martínez de la Piscina, nombramientos que serían aprobados por la corporación académica en la Junta General del domingo 11 de noviembre de 1860.

A mediados de 1862 Francisco Enríquez Ferrer remitió el proyecto relativo a un edificio para Biblioteca y Museo Nacionales en calidad de anteproyecto, el cual se acordó que podía aprobarse atendiendo a sus condiciones arquitectónicas y distribución, no obstante, hubo un vocal que manifestó que el autor podía elegir otro estilo arquitectónico. Los vocales manifestaron opiniones opuestas sobre la misma obra, pero no las expresaron ni las fundaron y menos propusieron nuevos pensamientos con sus razonamientos, de ahí que la Reina dictaminase que dichos vocales de la Sección de Arquitectura formulasen su voto particular y lo fundasen en un plazo que no excediese de quince días. Los vocales en cuestión eran Valentín Martínez de la Piscina y Atilano Sanz, quienes pasaron en agosto de 1862 su voto particular sobre el estilo arquitectónico que debían tener la Biblioteca y el Museo Nacionales.

Por entonces se trató también el proyecto para el Ministerio de Fomento, muy relacionado con el anterior, para cuya construcción se había abierto un concurso público que había sido publicado en la Gaceta. Tres años más tarde Francisco Jareño, arquitecto del Ministerio de Fomento, remitió su proyecto de Biblioteca y Museo Nacionales, ya censurado por el Ministerio, a fin de que, examinados los antecedentes, el memorial facultativo, los planos de mediciones y las cubicaciones como los presupuestos, los precios simples y compuestos, la corporación académica fijase el valor de dichos trabajos y los honorarios que le correspondían por ellos. Vistos los trabajos y comparados con las prescripciones exigidas por el Gobierno para la formación de proyectos de este género como la tarifa de honorarios aprobada por S.M. el 31 de mayo de 1858, la Sección de Arquitectura celebrada el 6 de diciembre de 1865 valoró éstos en el 2% del presupuesto total del edificio.


Fuentes académicas:

Arquitectura. Asilos, audiencias, bibliotecas y museo nacional, bolsas, capillas, casas consistoriales y capitulares, casas de caridad, calles, casas de correos, embovedado, casetas, diputaciones provinciales, edificios de los consejos, siglo XIX. Sig. 2-42-8; Arquitectura. Iglesias parroquiales, 1827-1833. Sig. 2-33-5bis; Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1826-1833. Sig. 4-68-7; Comisión de Arquitectura. Informes, 1821-1828. Sig. 1-30-1; Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Comisión de Arquitectura. Informes, 1839-1850. Sig. 1-30-5; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y públicas, 1839-1848. Sig. 3-90; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1819-1830. Sig. 3-88; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1831-1839. Sig. 3-89; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia, de Bellas Artes de San Fernando, 1816- 1900. Sig. 3-154, nº 36; MARTÍNEZ DE LA PISCINA, Valentín, De la situación local de los hospitales en una Corte y lo que se deberá tener presente para su cómodo uso, ventilación y aislar las enfermedades contagiosas. Sig. 3-311-11;Secretario general. Académicos. Arquitectos, 1750-1831. Sig. 1-44-2; Secretario general. Académicos de honor, 1820-1845. Sig. 1-40-7; Secretario general. Solicitudes de nombramiento de profesores para reconocimiento de obras de arquitectura, escultura, pintura y grabado, 1779-1862. Sig. 2-27-5; 


Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


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