Ibarra, Luciano deBilbao, ca.1800 - "?, ?"


Nació en Bilbao hacia 1800 y en el colegio de Santiago de dicha ciudad estudió Dibujo entre 1816 y 1818 bajo las órdenes del profesor Luis Bardallo, aplicándose en los principios de dibujo hasta la figura de yeso. Asistió a las clases de Matemáticas en las Escuelas Gratuitas del Consulado de Bilbao bajo la dirección del catedrático Vicente Valdivia en el cursó que dio comienzo el 1 de octubre de 1820 y finalizó el 30 de junio de 1822, tiempo en el que se impartieron las enseñanzas de Aritmética, Álgebra elemental, Geometría elemental, Aplicación del álgebra a la geometría, Trigonometría rectilínea, Geodesia y Geografía astronómica.

Aunque previamente había trabajado el arte de la albañilería al lado de su padre durante seis años, estudió arquitectura junto con Agustín Humarán entre 1822 y 1825. Fue uno de los alumnos de arquitectura más sobresalientes del Consulado de Bilbao, de hecho, en el examen público de 1821 fue calificado como «el superior entre los sobresalientes de su clase», siéndole concedida por ello la medalla extraordinaria de premio.

El 14 de mayo de 1825 solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase que la corporación estimase oportuno concederle, a cuyo fin presentó como prueba de pensado los proyectos de un «Hospital para ambos sexos» y una «Catedral para el centro de una población» junto con las certificaciones de sus estudios en Matemáticas  firmadas por Vicente Valdivia, las de Dibujo rubricadas por Luis Bardollo y las de práctica suscritas por Agustín Humarán, además del certificado de la adjudicación de la medalla extraordinaria de premio por el Consulado de Bilbao y el certificado de su buen comportamiento y conducta política durante el Gobierno Revolucionario.

La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 29 de julio de 1825 examinó las obra y los documentos aportados, pero al ver que el pretendiente no había enviado el informe facultativo y el avance del cálculo de las obras proyectadas, requisito obligatorio a partir de la Real Orden del 29 de julio de 1801, acordó que completase el expediente y presentase una nueva obra más conforme y análoga al buen gusto de la arquitectura.

Debido al dictámen de la Comisión, el 31 de octubre de 1825 presentó como nuevo ejercicio de pensado el proyecto de  «un Edificio Magnifico, para la Casa de Campo ó Palacio de un Gran personage ó Sor; manifestando en el primero la distribucion del piso pral, en el Segundo el aspecto que an de llebar la de el frente, y parte del Jardin, y una Seccion dada por la linea A.B. de la planta: con cuyos dos Planos y la explicacion que les acompaña se demuestra con toda Claridad el proyecto de dho Edificio [...]»,  pero la Junta de la Comisión de Arquitectura reunida el 16 de noviembre volvió a verlo falto de mérito. El parecer de la comisión sería aprobado por la Academia en la Junta Ordinaria del 27 del mismo mes.

Luciano de Ibarra volvió a solicitar su admisión a los ejercicios para la misma clase el 27 de febrero de 1826, presentando en esta ocasión como prueba de pensado los diseños de un Magnífico teatro con plaza porticada (A-3300 y A-3301) con su correspondiente informe facultativo y el avance del coste de la obra que había calculado en 4. 132, 020 reales. La Junta de la Comisión de Arquitectura del 9 de marzo vio por fin con mérito la obra, de ahí que le concediese al interesado el pase al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 2 de abril, fecha en la que le sortearon los asuntos de repente. Le tocaron en suerte los números 16, 101 y 68, de los cuales escogió el nº 101, es decir, una «Casa de Posada en despoblado con capilla. Se demostrará en planta, fachada y una seccion que pase por la capilla», inventariada bajo el título Una posada para un despoblado (A-2074), cuya elección comunicó a la Academia el 5 de abril.

Fue examinado en la Junta de Examen celebrada los días 19 y 20 de abril de 1826  a la vez que lo fueron José París y José Sánchez Pescador. A dicha reunión asistieron como vocales los profesores Manuel González Montaos, Juan Antonio Cuervo, Julián de Barcenilla, Juan Miguel de Inclán, Custodio Moreno y Martín Fernández de Navarrete, este último en calidad de secretario. Cotejada la obra de pensado con la de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico.  Ibarra dio comienzo a este nuevo ejercicio contestando a las preguntas que le hicieron los examinadores sobre la teoría y práctica de la profesión: la medición y tasación de una casa aplicando las doctrinas de la resolución de los triángulos; cuestiones sobre geometría aplicada a la práctica de la arquitectura, etc. Satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron con mérito para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 4 de junio de 1826, a los 26 años de edad.

Tras una larga espera para cubrir la plaza vacante de Arquitecto y Fontanero de la ciudad de Oviedo provocada por las aspiraciones a ella de Francisco Pruneda, el ayuntamiento publicó finalmente a mediados de 1828 la vacante de la misma, a la que aspirarían Salustiano Ardanaz, residente en Sevilla; el madrileño Juan José Sánchez Pescador; José Luciano de Ibarra, residente en Bilbao; Joaquín de Aguirre y Zubillaga, natural de Deba (Guipúzcoa) y Juan Morán Lavandera, residente en Madrid. Los cinco pretendientes enviaron sus méritos a la Academia y esta a su vez al Ayuntamiento de Oviedo que era el que tenía que decidir en quien debía recaer el nombramiento, pues todos se encontraban en igualdad de circunstancias y graduaciones para poder ocupar la plaza. Ibarra expuso sin certificación alguna ser arquitecto aprobado por la Real Academia de San Fernando, capitán de cazadores y haber sido premiado en la clase de Arquitectura y Matemáticas.

Tres años más tarde le veremos ocupado en el proyecto de la plaza de toros para la anteiglesia de Abando (Bilbao),  cuyos diseños serían aprobados por la  Comisión de Arquitectura el  16 de agosto de 1831 y por la Academia cinco días más tarde; en 1833 levantando el plano topográfico y el proyecto del camino que debía pasar por la villa de Guernica en dirección a Durango, obra pública que sería aprobada en la Junta Ordinaria del domingo 21 de julio,  y antes de acabar el año presentando a censura el proyecto para el nuevo camino- carretera desde el punto de Urgoiti, jurisdicción de Galdácano (Bilbao) hasta el confín de la provincia de Álava en el pueblo  de Ubidea, igualmente aprobado por la Comisión  de Arquitectura el 24 de septiembre de 1833 y por la Academia el 29 del mismo.

Como había ocurrido en La Coruña, Sevilla y posteriormente en Vizcaya, se estableció a finales de 1832 en la provincia de Guipúzcoa y bajo la presidencia de su corregidor la Junta de Examen de agrimensores y aforadores delegada de la Real Academia de San Fernando. En esta provincia residían Mariano José de Lascuráin, académico de San Fernando y director del camino real de dicha provincia; Pedro Manuel de Ugartemendía; Pedro Nolasco de Tellería, arquitecto y director con Lascuráin de la carretera general de la Provincia y el ramal de Navarra; Juan Bautista de Mendizábal; Anacleto Ventura de Berraondo; Santiago de Sarasola y Juan Tomás Beiztegui. De entre ellos fueron nombrados como miembros de la nueva junta delegada Mariano José de Lascuráin y los arquitectos Pedro Manuel de Ugartemendía y Pedro Nolasco de Tellería, quedando como suplente el también arquitecto Juan Bautista de Mendizábal. Esta autorización que venía dada por la Real Orden de 7 de septiembre de 1831, hizo que la Academia de San Fernando delegase sus facultades en los cuerpos facultativos de todo el Reino a fin de evitar molestias y perdida de tiempo a los individuos que, residentes en provincias y distantes de la capital, tenían que realizar viajes largos para examinar a quienes estaban interesados en obtener los títulos oficiales. No obstante, se advirtió a los pretendientes la obligatoriedad de tener 25 años, acreditar la práctica de su profesión al lado de un maestro aprobado y justificar su conducta moral y política para que verificado el examen fuese remitido el acta a la sanción de la Academia junto con los documentos citados para poder expedir el título o la certificación correspondiente.


Fuentes académicas:

Arquitectura. Caminos,1787- 1842. Sig. 2-30-7; Arquitectura. Plazas, mercados y plazas de toros, 1778-1852. Sig. 2-28-6; Comisión de Arquitectura. Agrimensores, 1831. Sig. 2-20-4; Comisión de Arquitectura. Arquitectos. 1806-1807, 1825, 1826. Sig. 4-68-3; Comisión de Arquitectura. Informes, 1821-1828. Sig. 1-30-1; Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1825-1876. Sig. 2-23-3; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1816-1900. Sig. 3-154, nº 39.


Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


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