Gutiérrez Sáenz, Francisco PabloMadrid, 1814 - ?, ?


Hijo de José María Pablo Gutiérrez y María Eugenia Sáenz Díez, nació en Madrid el 2 de abril de 1814 siendo bautizado dos días más tarde en la iglesia parroquial de San Martín de esta corte. Se matriculó como alumno de arquitectura en la Academia de San Fernando, convirtiéndose en el discípulo particular del profesor Francisco García Martínez con quien estudió por espacio de cuatro años la delineación de los principios de arquitectura copiando gran variedad de proyectos, inventando y sombreando otros, y haciendo los avances del corte que les correspondían. Al mismo tiempo, asistió a su estudio frecuentando las obras que el maestro tenía a su cargo, donde tuvo la oportunidad de ponerse en contacto con la práctica constructiva en cuanto a las mediciones, tasas, replanteos y cuantas operaciones eran necesarias a la hora de levantar un edificio.

El 4 de septiembre de 1839 solicitó de la Academia su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado el proyecto de un Museo para las tres nobles artes (del A-12 al A-14) con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, la certificación de práctica librada por el arquitecto Francisco García Martínez, la partida de bautismo y la justificación de su conducta moral y política.

La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el martes 10 de septiembre de 1839 examinó la obra y los documentos aportados, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 15 del mismo mes junto con Pablo Espinosa Serrano y Manuel Prado y Vallo, fecha en la que les fueron sorteados los programas de repente. A Gutiérrez le tocó en suerte los números 50, 15 y 97, los cuales respondieron respectivamente: «Para un Puerto de Mar, una Casa de Contratación de solo un piso con las oficinas correspondientes y habitación para el Conserge. Planta, fachada y corte», «Portada adornada para entrar al Jardin Botanico, y á los lados dos Pabellones para habitacion de los Porteros principales. Se demostrará en planta, fachada y una elevación» y «Una magnifica entrada de Jardin publico con dos Salas de Galeria en Arcos, donde habrá sus bancos para descanso, y para cubrirse de alguna lluvia, colocando dos estancias para Guardas. Planta, alzado y un corte». De los tres asuntos escogió el nº 50, es decir, una Casa de contratación para un puerto de mar (A-1203), elección que comunicó a la corporación el 21 de septiembre.

La Junta de Examen tuvo lugar la tarde del 16 de octubre de 1839, asistiendo a ella como vocales los profesores Martín Fernández de Navarrete, Tiburcio Pérez, José  Joaquín de Troconiz, Eugenio de la Cámara  y Juan Miguel de Inclán Valdés. Cotejada la obra de pensado con la prueba de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Gutiérrez  dio principio a este nuevo ejercicio contestando a las preguntas que le hicieron los examinadores sobre las figuras geométricas, tanto regulares como irregulares, su medida en general y las que le fueron propuestas en particular. A continucaión, se centró a los sólidos tratando el cilindro y la esfera por las diferentes curvas que resultaban de las seccionadas en estos cuerpos, así como las diferentes bóvedas que resultaban de las mismas y su combinación,  medida, solidez y superficies. Después se introdujo en el plano inclinado y en las posiciones de mayor o menor inclinación según los usos y servicios que prestaban, señalando los que se preparaban en las obras para subir cuerpos y moles pesadas a considerables alturas con la menor fuerza posible, cuyas diferencias explicó y calculó en función de la relación entre la potencia y la resistencia. Enseguida habló sobre el plano y la vertiente de un tejado; la forma de colocar y asentar la planchas, las soldaduras y los rebordes, y en caso de ser cubiertos con teja, la alzada y la vertiente a fin de que las aguas corriesen libremente sin poder retroceder. Con respecto a su obra de prueba, se le hicieron algunas observaciones referentes a la desigualdad de los interculumnios y la forma que había dado a los pabellones de ángulo, para después cuestionarle acerca de los replanteos y la construcción de los cimientos, los requisitos de la buena construcción en el aplomo, nivel y trabazón; los medios para dar dirección a una hilada de una bóveda de rosca o cúpula con la cimbra ya dispuesta; la preferencia de los cimientos con zanja abierta respecto a levantar machones aislados contraídos a la elección de las galerías de su obra. Por último, la resistencia de las maderas y las razones por las que debían recibirse y clavarse las cabezas de madera que eran empleadas en los suelos.

Satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas como con las explicaciones y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron apto para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 27 de octubre de 1839, a los 25 años de edad.

Por la Real Orden de 28 de noviembre de 1841, el Gobierno había encargado a la Real Academia de San Fernando la apertura de un concurso público para la construcción del nuevo edificio para Congreso de los diputados. Se trataba de uno de los edificios más emblemáticos de la capital, instalado en un primer momento en el convento de Clérigos Menores del Espíritu Santo en la Carrera de San Jerónimo, casi destruido por un incendio en 1823, pero reconstruido posteriormente sobre el mismo solar debido a problemas en la cimentación, su insalubridad y la amenaza de ruina que evidenciaban algunas de sus partes.

Las Comisiones de Pintura, Escultura y Arquitectura se reunieron el 13 de abril de 1841 para poner de manifiesto el plano topográfico del local, las calles y las manzanas que debían circunscribir el edificio, como la nueva calle que debía aislar la casa medianera del duque de Híjar. Pero además de la ubicación, se ocuparon de definir las características del edificio en su distribución: las salas para las secretarías; el archivo y la biblioteca; la portería mayor; los salones de descanso y  conferencias; el despacho del presidente y el secretario; las salas de recibo y de audiencia; la contaduría; el salón principal capaz para 242 diputados y 146 senadores que, aparte de contener la tribuna pública debía poseer otras estancias destinadas al cuerpo diplomático español y extranjero, los senadores y demás cargos funcionarios, el de las personas invitadas y las habitaciones para los diputados del Consejo.

Comenzada la demolición del convento el 21 de marzo de 1842, la Academia convocó el correspondiente certamen público, cuyo programa salió publicado en la prensa el 16 de junio de 1842. Las obras de los concursantes se presentaron en la Secretaría de la Real Corporación, acordándose la adjudicación de dos premios para mayor estímulo de las artes. La primera medalla se adjudicaría al 1º premio de 1ª clase en concurso general con la remuneración de 8.000 reales, mientras que el accésit a la medalla correspondiente al 2º premio de la 1ª clase con 6.000 reales de vellón.

Tras enviarse el programa a todas las academias de España y publicarse en los respectivos medios nacionales y provinciales, se presentaron un total de 12 proyectos. El autor ganador fue Narciso Pascual y Colomer, cuyo lema había respondido a «Nihil est ese omnibus rebus humanis praclarius aut praestantius quam de republica bene Merari», mientras que el accésit le fue concedido a José María Guallart y Sánchez, autor de la letra F y el lema: «Simplese ac grave». No obstante, dado que Antonio de Zabaleta, opositor con la letra C  y lema «Aunque el anuncio me llegó tardío etc.», había empatado a votos con Guallart y el empate se había resuelto a favor de este último, la Academia acordó proponerle para un premio especial en vista del mérito de su obra.

El proyecto de Pascual y Colomer, presupuestado en 14.800.00 reales, sería modificado en el transcurso de las obras. El arquitecto tuvo en cuenta la correcta distribución interior del edificio, la luz y la acústica que le eran necesarias, como la funcionalidad y la ornamentación que requería. Hizo resaltar su pórtico de entrada a través de seis columnas corintias y estriadas con sus contrapilastras, siendo los autores de la talla de los capiteles y demás adornos de las molduras los tallistas José Panuchi y Francisco Pérez. No obstante, otros escultores relevantes participaron en su decoración, entre ellos José Piquer y Sabino Medina, que se encargaron en 1850 de las cuatro cariátides del salón de sesiones representando las Ciencias, el Comercio, la Marina y la Agricultura, o Bergeret, artista que cinceló los famosos leones de bronce bajo el modelo de Ponciano Ponzano.

Dada la envergadura de la obra, muchos fueron los profesionales que intervinieron en su ejecución: desde administradores, escultores, tallistas y escayolistas hasta marmolistas, pintores, doradores, tapiceros y alfombristas. Sabemos que el director de las obras fue Narciso Pascual y Colomer, pero también que entre los arquitectos auxiliares figuraban Miguel Mendieta y Manuel de Mesa, este último en calidad de ayudante de arquitecto;  como delineantes Francisco Pablo Gutiérrez y Juan José de Urquijo y los aparejadores Manuel Sánchez Blanco que intervino en el derribo del antiguo edificio; Francisco Febrer, aparejador general; Ramón Corral, aparejador de carpintería y Juan José Sánchez Aguilera, cuya intervención se hizo efectiva en calidad de aparejador de cantería.


Fuentes académicas:

Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1839. Sig.2-11-1; Comisión de Arquitectura. Informes, 1839-1850. Sig. 1-30-5; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1816-1900. Sig. 3-154, nº 215; Secretario general. Oposiciones y concursos. Palacio del Congreso de Diputados (Madrid), 1842. Sig. 2-7-4.


Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


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