Gaviña y Baquero, Wenceslao Barbadillo del Mercado (Burgos), ca.1814 - Madrid, 1883


Hijo de Casimiro Gaviña y María Antonia Baquero, nació en Barbadillo del Mercado (Burgos) hacia 1814 y murió en Madrid el 16 de enero de 1883. En el Real Seminario Conciliar de San Frutos y San Ildefonso de Segovia cursó los estudios de Lógica y Elementos matemáticos entre 1829 y 1830; Física general y particular como Metafísica entre 1830 y 1831, mientras que Ética entre 1831 y 1832. En este último año se trasladó a Madrid a fin de perfeccionarse en la arquitectura, matriculándose como alumno en la Academia de San Fernando bajo la dirección del arquitecto Luis López de Orche. A su lado se aplicó en la teoría y práctica de la profesión, estudiando los cinco órdenes de arquitectura, los cortes de las piedras y maderas, la copia de diferentes proyectos, unos ejecutados y otros inventados, al tiempo que asistía a las obras de su maestro realizando mediciones, reconocimientos, tasaciones y demás operaciones facultativas que le eran encargadas.

El 28 de agosto de 1840 solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado el proyecto de una «Biblioteca publica» con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, la partida de bautismo, la certificación de sus estudios en Segovia, la certificación de práctica suscrita por Luis López de Orche y la justificación de su conducta moral y política.

La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 15 de septiembre de 1840 examinó la obra y los documentos aportados, pero una vez realizada la votación secreta fue reprobado por 2 votos a favor frente a 3 en contra. Volvió a solicitar su admisión a los ejercicios para la misma clase el 30 de noviembre de ese mismo año, presentando en esta ocasión como obra de pensado los proyectos de «una biblioteca pública» y un Archivo General de Reinos (del A-834 al A-837), con su correspondiente memoria y el avance del coste de la obra, además de los documentos anteriormente mencionados.

La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el martes 15 de diciembre de 1840 examinó los diseños y las certificaciones aportadas, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 3 de enero de 1841 al tiempo que lo fueron José Moreno y Teixeira, Pedro Manuel de Machaín y Faustino Domínguez Domínguez. En este momento le sortearon los programas de repente, tocándole en suerte los números 93, 124 y 24, que respondieron respectivamente:«Escalera pral de un Palacio con Galeria interior que la rodee, y Puertas para varios cuartos. Planta y elevación geométrica», «Proyectar una Casa para esta corte con medianerias alrededor, de solo tres pisos destinandolos según su comodidad á los inquilinos qe los han de habitar, en un trapecio de 120 pies de fachada, 60 por la medianeria de mano derecha perpendicular á aquella y el testero de cien pies paralelo á la fachada: Planta, fachada y cortes geométricos» y «La Hermita de un Santuario con habitación para el Patrono ó Administrador Eclesiastico. Planta, fachada y corte». De los tres asuntos escogió el nº 24, es decir, Una ermita de un santuario con habitación para el patrono o administrador eclesiástico (A-4049), cuya elección comunicó a la corporación el 8 de enero.

La Junta de Examen celebrada para examinarle en la clase de maestro arquitecto tuvo lugar la mañana del 22 de enero de 1841, asistiendo a ella como vocales  los profesores Custodio Moreno, Tiburcio Pérez, José Joaquín de Troconiz, Eugenio de la Cámara  y Juan Miguel de Inclán. Cotejada la prueba de pensado con la obra de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Gaviña principió este nuevo ejercicio tratando la dimensión del módulo y la unidad de medida a que se sujetaba el cuerpo de arquitectura que se le había pedido. A continuación, explicó las líneas proporcionales y los medios de hallar las desconocidas como el modo de dividirlas a tenor de los datos que le dieron. Después habló acerca de las relaciones entre las superficies y los sólidos o volúmenes semejantes, por lo que realizó la extracción de raíces cuadradas y cúbicas aplicadas a las operaciones geométricas que se le pidieron en superficie y solideces. En seguida se centró en la teoría de los diferentes ramos de las matemáticas y explicó los planos en diseño y su representación geométrica, además de en perspectiva; la construcción del arquitrabe en el pórtico de su obra, figurando sus despiezos y cortes ocultos, los medios de sujetar y engatillar sus piezas y los daños que podían surgir con el empleo del hierro en las obras de cantería. Por último, se centró en la construcción de las bóvedas y los arcos; el nivel, el trabazón y el aplomo de las fábricas; el replanteo y la montea de los arcos para la formación de cimbras; el empleo de las maderas, su asiento y mayor resistencia; el replanteo de un edificio y las obras de cimentación, así como en el plano que debería formarse para hacer su tasación.

Satisfechos los examinadores con las obras presentadas como con las explicaciones y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le creyeron apto para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 14 de febrero de 1841, a los 27 años de edad.

Tras elaborar las trazas de La Sacramental de San Martín, cementerio cuya construcción se remontaba a 1849, siendo clausurado en 1927, remitió el 23 de marzo de 1852 a censura confidencial de la Academia el proyecto para la conclusión de la iglesia parroquial de Horche (Guadalajara), formado por orden del cardenal arzobispo de Toledo. Arruinada la antigua torre y con ella parte de la fachada, la iglesia y la portada fueron levantadas con los fondos del vecindario, de ahí que el arquitecto se encontrase con fábricas antiguas conservadas y otras labradas de nuevo sin ningún tipo de arte, grandes masas de espesores desiguales y sin tino en la colocación de cuerpos y posiciones. Todas estas deficiencias debían ser subsanadas, pero Gaviña sólo se centró en la reparación y la construcción del nuevo campanario, cuyo diseño sería aprobado por la Junta de la Sección de Arquitectura del 3 de abril de 1852 y en su totalidad por la Academia en la junta general celebrada al día siguiente.

En este mismo año de 1852 levantó las viviendas para el Infante D. Francisco de Paula en la Cuesta de Santo Domingo, nº 3, pero a principios de 1858 el conde de Montefuerte le encargó la casa de nueva planta ubicada en la calle de la Abada, nº 9, solicitando del Ayuntamiento de Madrid la licencia correspondiente para su construcción. El arquitecto realizó el plano de la alineación, que fue aprobado por la Sección de Arquitectura el 17 de marzo de 1858 y por la Academia el 11 de abril de 1858.

Durante la década de los años sesenta proyectó en la capital el palacio del duque de Baena en la calle del Pez, nº 38 y 40 (1860-1861) y en el nº 8 de esta misma calle esquina a la calle Madera, nº 23 y 25 el palacio del marqués de Escalona y de Bornos (1860-1862), perteneciente a la manzana 462. En esta última obra, el arquitecto especificó en la memoria facultativa que, sobre el zócalo general de cantería de 84 cm de alto, elevaría la fachada del edificio con fábrica de ladrillo macizo con mezcla de cal y arena hasta la imposta del piso principal. Una composición mixta de entramado de madera y fábrica de ladrillo macizo o cascotes conformaría la fachada del patio central y las medianerías con las fincas colindantes, mientras que un entramado de madera trasdosado por ambas caras con ladrillo macizo a panderete sería la fábrica escogida para los muros de carga interiores. Por último, los forjados de madera tendrían luces comprendidas entre los 4,5 m y los 7 m, siendo la distancia entre ejes variable, de 0,30 m a 0,50 m.

Los daños sufridos en el palacio durante la Guerra Civil (1936-1939) y los diferentes usos que ha tenido a lo largo de los años, junto con las restauraciones poco afortunadas acometidas en la obra y el abandono del inmueble en 1974, obligaron a realizar las pertinentes obras de rehabilitación de mano de Jorge Román Lucas al incluirse el edificio en 1977 dentro del listado de aquellos con protección integral del Plan Especial de Protección y Conservación de Edificios y Conjuntos de interés Histórico-Artísticos de la Villa de Madrid. En una rehabilitación posterior llevada a cabo por el arquitecto Jorge Román Lucas entre 1986 y 1987, fue necesaria la introducción de zapatas aisladas de hormigón armado y la sustitución de la estructura de madera por otra de hormigón armado, con vigas planas y de canto forjadas con semiviguetas y bovedillas cerámicas.

También ideó en la década de los sesenta del siglo XIX las viviendas de la calle Mayor, nº 72 (1864) y a raíz de la Revolución del 68 la reforma de la fachada de la iglesia de San Ginés de Arlés que mira a la calle del Arenal. La demolición de conventos en todo el país en esta etapa revolucionaria cambió el perfil de Madrid al desaparecer entre otros muchos, los conventos de Santo Domingo, del Carmen Calzado, las Calatravas y Santa Teresa, las iglesias de Santa Cruz, San Millán, Santa María la Real de la Almudena, así como cualquier tipo de tapia, cerca o cerramiento que constriñese la ciudad o entorpeciese el enlace de las calles del casco antiguo con las del Ensanche.

La iglesia de San Ginés se halló dentro de la lista de los templos que debían ser derruidos, porque al igual que las propiedades religiosas señaladas estaba muy deteriorada y poseía una ubicación excepcional en el casco antiguo. La calle del Arenal desembocaba en la renovada Puerta del Sol y a su vez en la plaza de Isabel II donde se había levantado el Teatro Real, inaugurado en 1850. Estas obras supusieron una revalorización de la zona, lugar escogido por particulares y familias de alto poder adquisitivo para residir en nuevas viviendas, circunstancia que obligó a reformar la fachada de San Ginés de la calle del Arenal para poder salvar el templo y no afear las edificaciones de su entorno.

El 9 de agosto de 1869, el arquitecto Wenceslao Gaviña desarrolló la memoria descriptiva y varios planos para el proyecto de reforma de la fachada norte, la del Arenal, en la que especificaba como ninguno de los frentes exteriores que rodeaban la parroquia se presentaban vistosos y agradables a la vista debido a los escasos recursos con los que había contado la iglesia y aún menos el de la calle del Arenal por su aspecto irregular. Su proyecto consistía en «organizar el reboco de las fachadas del atrio, renovado por completo el zócalo de cantería, antepechos y pilastras, y poner nuevo enverjado y nuevas puertas de hierro». Se refería a un revoco a imitación de los materiales que se usaban frecuentemente en Madrid; el levantamiento del zócalo del atrio o antiguo cementerio junto a su antepechado y rejas; la introducción de nuevas pilastras y sus remates, enverjado y puertas; la mejora de la escalinata y todo el pavimiento del atrio. A su vez, proponía un cambio en la entrada de la iglesia hacia la derecha del atrio para mayor comodidad del servicio del templo; otorgar regularidad a los dos cuerpos sobresalientes de la fachada de la iglesia, los cuales poseían alturas y formas diferentes; la desaparición de las pesadas escocias que coronaban la parte más alta, dejando estos frentes a una misma altura a través de construcciones entramadas y refrentadas, y por último, la inclusión en la Capilla del Santo Cristo de ligeras molduras, algunas fajas y una especie de ático antepechado rodeando los frentes a fin de acabar con el desagradable aspecto del tejado.

Sin embargo, sería el arquitecto el Tribunal de Visitas José María Aguilar quien ejecutaría el proyecto de reparación definitivo el 13 de agosto de 1870. Derribó el piso 2º de la casa parroquial y elevó 1 m la fachada de la Capilla del Santísimo Cristo para dejar libre las limas, por entonces interrumpidas, del cuerpo de la iglesia para armonizar las alturas. Como decoración, aprovechó los dos arcos carpaneles existentes en la fachada, uno en la entrada a la iglesia y otro que alumbraba el despacho parroquial, añadiendo un tercero del mismo estilo para generar una arcada diáfana y crear un ingreso espacioso sobre el que poder centrar las construcciones en el piso principal.  Por otro lado, introdujo un pabellón que, arrancando de la terminación de los tres arcos, hizo avanzar hasta la calle del Arenal para hacer juego con la Capilla del Santo Cristo situada en frente suyo, otorgando a sus fachadas un tratamiento ornamental similar. En lo que respecta a la fachada principal del templo, dispuso tres ventanas en el segundo piso correspondiendo cada una a los arcos del pórtico y en el centro de la composición dejó una ventana flanqueada por dos columnas y dos pilastras rematada por un frontón sobre la cornisa. Revocó todas las fachadas imitando sillería, resolvió el acceso a través de una escalera porque el pavimento del atrio se hallaba a menor altura que el del pórtico y cerró el conjunto con dos muros y una verja.


Fuentes académicas:

Arquitectura. Torres de iglesias y de relojes. Campanarios y espadañas, 1779-1860. Sig. 2-34-1; Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1841. Sig. 2-11-3; Comisión de Arquitectura. Informes, 1839-1850. Sig. 1-30-5; Comisión  de Arquitectura. Informes. Urbanismo. Munumentos conmemorativos, 1787-1876. Sig. 2-28-8; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y públicas, 1839-1848. Sig. 3-90; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1816-1900. Sig. 3-154, nº 228.

Otras fuentes: Memoria y proyecto del antiguo palacio de la condesa de Bornos en la calle del Pez, nº 12 esquina a la calle Madera. Arquitecto Wenceslao Gaviña, 1860. Sig. 4-212-82 (AVM), véase además: 4-222-38 y 4-262-8 (AVM); Proyecto de reforma de la parte del frente exterior de la iglesia parroquial de San Ginés de Madrid.  Fechado, firmado y rubricado en Madrid por el arquitecto Wenceslao Gaviña, el 9 de agosto de 1869. Sig. 5-30-65 (AVM).


Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


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