Espinosa Serrano, PabloPalencia, 1814 - ?, ?


Hijo del maestro de obras Pablo Espinosa e Isidora Serrano, nació en Palencia el 6 de julio de 1814, siendo bautizado al día siguiente en la iglesia parroquial de San Miguel. Comenzó los estudios de arquitectura ejercitándose al lado de su padre, profesor de arquitectura en la Academia de Valladolid, especialmente cuando se estaba llevando a cabo la reedificación del teatro o coliseo de la ciudad. Asistió a diario a dicha obra, donde tuvo la oportunidad de realizar algunos reconocimientos particulares, varios modelos en madera de su invención y el levantamiento de planos. También concurrió por espacio de tres años al estudio particular del arquitecto Julián Sánchez García, académico de mérito de la Real Academia de la Purísima Concepción de Valladolid, director de arquitectura de la misma, maestro mayor de la ciudad y del Real Patrimonio de S.M., tiempo que dedicó al levantamiento de planos y a ejercer la práctica constructiva.

A fin de aplicarse en la teoría y práctica de este arte de manera oficial, se trasladó a Madrid para ponerse bajo la dirección del arquitecto Juan Bautista Peyronnet, profesor de Matemáticas puras y mixtas por S.M., catedrático que había sido de la enseñanza nacional de Geometría, Mecánica y Delineación con aplicación a las artes en Badajoz e individuo de la Sociedad Económica Matritense. Con este profesor siguió la carrera de arquitectura estudiando la parte teórica y práctica de la profesión asistiendo a las diferentes obras que dirigía en Madrid. Desde febrero de 1837 hasta enero de 1839 se matriculó en los dos cursos de Matemáticas reglamentarios: el primero que abarcó las enseñanzas de Aritmética, Álgebra y Geometría elemental, mientras que el segundo las de Trigonometría rectilínea, Geometría práctica, Secciones cónicas y Elementos de estática y dinámica.

El 13 de febrero de 1839 solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado «los diseños de su invencion en el proyecto de una Acadª de enseñanza y Museo de Pintª con destino á la Ciudad de Valladolid», con su informe facultativo y el avance del cálculo de la obra. Pero la Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 12 de marzo no dio el visto bueno para su admisión en vista de que el interesado no tenía cumplidos los 25 años, es decir, la edad reglamentaria para poder acceder a los exámenes de esta clase. El dictamen de la Comisión de Arquitectura sería aprobado por la Academia en la Junta Ordinaria del 17 del mismo mes.

Volvió a solicitar su admisión a los ejercicios para el grado de maestro arquitecto el 20 de junio, presentando en esta ocasión como prueba de pensado el proyecto de un Colegio militar general a extramuros para una ciudad (del A-430 al A-433) junto con los documentos de reglamento, pero correría la misma suerte que la vez anterior, ya que sería desestimada su petición en la Junta de la Comisión de Arquitectura del 23 de julio y la Junta Ordinaria del 28 del mismo.

No obstante, su interés por obtener el título deseado le llevó a solicitar por tercera vez su admisión a los ejercicios para el mismo grado en septiembre de 1839, una vez cumplida la edad reglamentaria. Presentó como ejercicio de pensado los diseños de Un palacio episcopal (del A-4285 al A-4287), con su memoria y el avance del coste de la obra, la partida de bautismo, las certificaciones de práctica libradas por Julián Sánchez García y Juan Bautista Peyronnet, además de la justificación de su conducta moral y política.

La Junta de la Comisión de Arquitectura reunida el martes 10 de septiembre de 1839 examinó la obra y los documentos aportados, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 15 del mismo mes, fecha en la que le fueron sorteados los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 26, 51 y 1, los cuales respondieron respectivamente: «Una casa rural, situada en el descenso de una colina para cuatro pares de labor con las oficinas necesarias, y además vivienda para el Dueño desde la cual registre toda la posesión. Planta y alzado exterior», «En un Sitio de ochenta á noventa pies de fachada, idear una Casa de Solo un cuerpo ó planta noble para un caballero de conveniencias. Planta, fachada y corte» y «Para una Parroquia de las principales de esta corte, inventar el Altar mayor de un Presbiterio de cuarenta pies de ancho y el alto y fondo proporcionado, diseñado en planta y alzado de modo que sean perceptibles todas sus formas y partes». De los tres asuntos escogió el nº 26, es decir, una Casa rural para cuatro pares de labor (A-1871), elección que comunicó a la corporación el 20 de septiembre.

La Junta de Examen tuvo lugar la tarde del 9 de octubre de 1839, asistiendo a ella como vocales los profesores Martín Fernández de Navarrete, Tiburcio Pérez, José  Joaquín de Troconiz, Eugenio de la Cámara  y Juan Miguel de Inclán Valdés. Se cotejaron la prueba de pensado con el ejercicio de repente, pero viendo en esta última «No estar cumplida la prueba en la inteligencia que exigen sus condiciones», la Junta suspendió la entrada de Espinosa al examen de preguntas, poniendo la resolución en conocimiento de la Academia.

Ante este hecho, el pretendiente tuvo que volver a solicitar de la corporación académica el 21 de octubre nuevos programas de repente. Su informe fue visto por la Junta de la Comisión de Arquitectura el 3 de diciembre, momento en que se acordó que realizase nuevas pruebas, siempre que no fuese ninguno de los problemas sorteados anteriormente. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 8 del mismo mes, día en el que le fueron sorteados los nuevos programas. Le tocaron en suerte los números 109, 34 y 125, los cuales respondieron respectivamente: «Una Carniceria con repeso para una ciudad principal sin mas adorno que el que corresponde á este edificio. Planta, fachada y corte», «Un templo antiguo circular con porticos interior y esterior, guardando la misma forma y los intercolumnios arreglados á los generos de los ordenes que sean elegidos. Planta, fachda y corte» y  «Una casa de Ayuntamto con su carcel correspondte a un pueblo de tres mil vecinos, en sitio cuadrado que no esceda de 150 pies castells por lado. Planta, fachada y corte». De los tres asuntos escogió el nº 109, es decir, Una carnicería con repeso para una ciudad (A-2263), elección que comunicó a la corporación el  17 de diciembre.  

La Junta de Examen tuvo lugar la tarde del 23 de diciembre de 1839, asistiendo a ella como vocales los profesores Martín Fernández de Navarrete, Custodio Moreno, Tiburcio Pérez, Eugenio de la Cámara  y Juan Miguel de Inclán Valdés. Cotejada la prueba de pensado con la de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Espinosa principió este nuevo ejercicio tratando las figuras en general, para detenerse en la doctrina de los triángulos y su util aplicación. Pasó a reconocer las demás figuras, explicando las diferentes formas y los métodos de medida para hallar sus superficies, por cuyo motivo midió alturas y distancias inaccesibles tratando con extensión las secciones cónicas, las curvas y las superficies que resultaban del cono recto y la esfera. Enseguida pasó a explicar la práctica de la construcción figurando una bóveda cónica de cantería, para centrarse en  su montea y despiezos, los cuales se le ordenó dibujar en la pizarra. Continuó con el contrarresto de los muros y a continuación los profesores le hicieron varias preguntas relativas al replanteo de su obra, los requisitos de la labra y el relleno de sus cimientos; las razones que requería la buena construcción, los requisitos del aplomo, el nivel y el trabazón; la construcción de las bóvedas en general y los diferentes modos de cubrir una pieza que se le determinó, explicando con este motivo la bóveda baída y su orígen, las pechinas y la cúpula, demostrando la diferencia de montea que ofrecían las curvas que formaban las aristas respecto de los arcos formeros. Por último, explicó las maderas y sus asientos, la razón por la que se debían recibir y asegurar sus extremos, así como la medida y la tasación de una finca propuesta a venta.

Satisfechos los examinadores con las obras presentadas como con las explicaciones y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron hábil para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 26 de enero de 1840, a los 25 años de edad.

Diez años más tarde trabajó en la obra de una alcantarilla general en la calle Mayor de la ciudad de Palencia, cuyo expediente y plano fue remitido por el director general de Administración a censura de la Academia. Su aprobación fue propuesta en la Junta General del 8 de agosto de 1852, no sin antes advertir al autor que se echaba de menos un perfil longitudinal para formar la idea exacta de su desnivel

 Como arquitecto de la ciudad y provincia de Palencia, ejecutó al año siguiente los planos para una casa consistorial en la ciudad, cuya censura corrió a cargo de Antonio de Zabaleta tras ser nombrado delegado de la Sección de Arquitectura. Zabaleta examinó detenidamente los planos y si bien fue de la opinión que podían ser aprobados, vio conveniente que se hicieran en ellos las siguientes correcciones: armonizar la fachada principal y accesorias poniendo arquivoltas en los arcos que decoraban las dos alas del edificio; disminuir las ventanas bajas de las mismas y agrandar las del piso bajo; sustituir con un arco semicircular el que cerraba la puerta principal y disminuir los huecos del piso principal en los pabellones laterales. El informe de Zabaleta fue aprobado por la Sección de Arquitectura el martes 31 de mayo de 1853.

En este mismo año puso de manifiesto el estado de abandono en que se encontraba la iglesia de San Juan de Baños: la ruina de su cubierta, la existencia de tan sólo los muros de la obra en pie y el poco valor artístico del templo, por lo que llevó a cabo un sencillo proyecto de restauración de la obra que posteriormente llevaría a cabo Francisco Javier Saiz.

El expediente promovido con motivo del estado ruinoso en que se encontraba la basílica de Santa Cruz en Medina de Rioseco (Valladolid) llevaron a nombrar a Colomer y Espinosa Serrano para realizar el informe correspondiente. En vista de la divergencia de pareceres entre los dos profesores, la Sección de Arquitectura acordó el 30 de mayo de 1859 que prevaleciese el informe de Colomer por ser más facultativo, razonado y de mejor resultados que el de Espinosa, pero también porque no desfiguraba el edificio, aspecto que era sumamente importante sobre todo teniendo en cuenta la importancia artística del templo. Por otro lado, respecto a los presupuestos calculados por los profesores, se creyó también el de Pascual y Colomer el más apto y el que debía adaptarse, pues, aunque ascendía a la cantidad de cien mil catorce reales, no era una cantidad excesiva y se podía reestablecer el culto en la iglesia como salvar el edificio de su eminente ruina.


Fuentes académicas:

Arquitectura. Iglesias parroquiales, 1857-1868. Sig. 2-33-7; Arquitectura. Pozos de nieve, aguas potables, acueductos, pozos artesianos, alcantarillas, aljibes, vertederos, muelles, cauces, etc., 1780-1894. Sig. 2-31-2; Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1842. Sig. 2-11-2; Comisión de Arquitectura. Informes, 1839-1850. Sig. 1-30-5; Comisión de Arquitectura. Informes, 1846-1855. Sig. 1-30-2bis; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y públicas, 1839-1848. Sig. 3-90; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y públicas, 1848-1854. Sig. 3-91; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1816-1900. Sig. 3-154, nº 219.


Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


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