Casas Cañas, JoséMadrid, 1814 - ?, ?


Hijo de Ramón Casas y María Cañas, nació en Madrid el 30 de enero de 1814 siendo bautizado al día siguiente en la iglesia parroquial de San Andrés. En esta villa residió con sus padres en la calle de Calatrava, nº 17, matriculándose como alumno de arquitectura en la Academia de San Fernando. En este centro estudió y delineó los principios de arquitectura, copiando gran variedad de proyectos e inventando y sombreando otros al tiempo que realizaba los avances y los costes de la construcción de los mismos.

Asistió a las lecciones del curso de Matemáticas puras impartidas por el profesor Wenceslao Gaviña, las cuales comprendieron el estudio de los tratados de Aritmética, Álgebra y Geometría Elemental. Asimismo, fue discípulo en la cátedra de Matemáticas bajo la dirección del profesor Miguel Fernández Loredo y una vez muerto éste, con el director de Matemáticas Eugenio de la Cámara con quien, además de repasar los tratados que había estudiado previamente, se aplicó en las lecciones de Trigonometría Rectilínea, sus aplicaciones y en las secciones cónicas que continuó estudiando. Por espacio de seis años frecuentó gran diversidad de obras a cargo del arquitecto Francisco García Martínez trabajando en la ejecución de ellas y realizando sus mediciones, tasas, replanteos y cuantas operaciones prácticas le fueron encargadas.

El 2 de abril de 1842 solicitó de la Academia su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado el proyecto de un Palacio real (del A-1672 al A-1674) con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, las certificaciones de práctica firmadas por García Martínez, Wenceslao Gaviña y Eugenio de la Cámara, además de la justificación de su conducta moral y política. La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 3 de mayo de 1842 examinó la obra y los documentos aportados, pero procediendo a la votación secreta acordó no haber lugar a dicha solicitud, dictamen que sería corroborado por la Academia en la Junta Ordinaria del 16 del mismo mes.

Su interés por obtener el título de arquitecto le llevó el 12 de septiembre de 1842 a solicitar  de nuevo su admisión a los ejercicios para esta clase, presentando en esta ocasión como prueba de pensado los diseños de un Hospital general (del A-2549 al A-2552) con su correspondiente informe facultativo y el avance del coste de la obra; sin embargo, al presentar las certificaciones de los dos cursos de Matemáticas privados que había aprobado, la Junta Ordinaria del 25 de septiembre le denegó su admisión al examen de arquitecto por ser insuficientes, ya que sólo eran válidos los cursos de Matemáticas ganados en cursos públicos. Este fue el motivo por el que el 10 de octubre de 1842 solicitará su admisión a los ejercicios para la clase de maestro de obras hasta que adquiriera las certificaciones oficiales. En esta ocasión presentó los planos del Hospital general diseñados en plantas y alzados, que la Comisión de Arquitectura del 29 de octubre vio válidos para dar el pase al pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento.

Fue admitido en la Junta Ordinaria del 6 de noviembre, fecha en la que le fueron sorteados los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 10, 14 y 44, los cuales respondieron respectivamente: «Una Casa Cortijo ó de labranza para un Labrador acomodado y oficinas correspondientes. Planta, fachada y corte», «En un sitio regular y cómodo de una población de 500 vecinos, se trazará en plantas y alzados una Escuela de primera educación, de modo que la habitación del Maestro unida al mismo edificio tenga la entrada separada á la de la Escuela» y «En planta, alzado y corte y sobre un rectángulo de cincuenta pies de fachada y ochenta de fondo, se demostrará una Casa con destino á Estafeta ó Correo para una Villa de dos mil vecinos y habitación para el Administrador». De los tres asuntos escogió el nº 10, es decir, una Casa de labranza para un hacendado (A-1873), elección que comunicó a la corporación el 18 de noviembre.

La Junta de Examen tuvo lugar la mañana del 1 de diciembre de 1842, asistiendo a ella como vocales José Joaquín de Troconiz, Antonio Conde González, Atilano Sanz, Eugenio de la Cámara y Juan Miguel de Inclán. Cotejada la obra de pensado con el ejercicio de repente se observó que en este último estaba sobradamente cumplida la delineación y el lavado, pero «carente de inteligencia en la comodidad servicio de las primeras atenciones debidas á su destino, falta de oficinas y servicios de primera necesidad, asi como tambien en el materialismo de su construccion en terminos de no poderse en manera alguna disimular tantos defectos de inteligencia», hecho por el que se acordó no haber lugar para el examen teórico por la totalidad de sufragios obtenidos.

Volvió a solicitar nuevo asunto de repente para la misma clase el 5 de diciembre de 1842, siendo admitido por la Comisión de Arquitectura en vista de que en la Junta Ordinaria del 15 de enero de 1843 le fueron sorteados los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 64, 5 y 29, los cuales respondieron respectivamente: «Proyectar un Cuartel de Prevencion capaz de contener sesenta hombres con departamento para el oficial. Planta, fachada y corte», «Una Casa de campo y labranza para un caballero particular. Planta, fachada y corte» y «Disponer un Molinero arinero en una Rivera donde vayan las aguas dirigidas á el, con las oficinas necesarias. Planta, fachada y seccion». De los tres asuntos eligió el nº 64, es decir, Un cuartel de prevención para 60 hombres (A-3179), elección que comunicó a la corporación el 27 de enero.

La Junta de Examen se reunió la mañana del 13 de febrero de 1843, asistiendo a ella como vocales Antonio Conde González, Atilano Sanz, Eugenio de la Cámara y Juan Miguel de Inclán. Cotejada la obra de pensado con el ejercicio de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Casas principió este nuevo ejercicio recorriendo los principios de Aritmética, pasando después a las operaciones decimales con aplicación al cálculo y a las medidas de un edificio. A continuación entró en las potencias y la extracción de las raíces, para después tratar las bóvedas y las curvas, sus diferentes clases y el modo de hallar el grueso de los machones que sosenían las que figuraban en su obra, manifestando con ello sus conocimientos en Geometría y Secciones cónicas. Confundiéndose un poco, trázo en el encerado un arco por tranquil y en seguida determinó la superficie de una bóveda dada. Seguidamente se introdujo en la construcción de la misma con camones y cimbras; en la memoria y las plantillas para una obra de cantería; en las maderas y sus marcos, asiento y resisitencia, así como en los métodos de explanamiento de terrenos y el replanteo de su obra. Por último, los profesores le cuestionaron acerca de la medida y la tasación de un edificio, como otras tantas preguntas relativas a la práctica de la profesión.

Satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas como con las explicaciones y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas acordaron otorgarle el título de maestro de obras, grado que le fue concedido finalmente por la Academia en la Junta Ordinaria del 19 de febrero de 1843, a los 27 años de edad.

Establecido en Ávila, remitió en 1845 a censura de la Academia el plano y el presupuesto que había desarrollado para la construcción de una nueva cárcel en el partido judicial de Cebreros (Ávila) o en su defecto, la reforma de la ya existente. Calculó el primer proyecto de reparación en 32.091 reales, de los que deducía hasta 6.000 reales por el aprovechamiento de materiales, quedando como cantidad total 26.009 reales. El segundo proyecto era de nueva distribución y planta con el aprovechamiento de las fábricas de la fachada principal, en la que regularizaba sobre ella un rectángulo de seis mil ochenta pies superficiales, cuyo pensamiento ascendía en su totalidad a 84.035 reales, cantidad que quedaba reducida también por el aprovechamiento de los materiales de la antigua obra y que evaluaba en 30.000 reales, de ahí que quedase líquido como cantidad 54.035 reales de vellón.

La Comisión de Arquitectura celebrada en noviembre de 1845 examinó ambos pensamientos y no dudó en preferir el segundo, más no por ello pudo aprobarlo al carecer de corrección y propiedad en el alzado de la fachada y no ser su autor poseedor del título de arquitecto sino el de maestro de obras, cuyas facultades eran restringidas y no le correspondía la dirección y ejercicios de una obra pública a no ser que obrase como segundo o práctico ejecutor de la misma. Este dictamen de la Comisión sería aprobado por la Academia en la Junta Ordinaria Extraordinaria del 16 de noviembre de 1845.


Fuentes académicas:

Arquitectura. Cárceles, 1842-1853. Sig. 2-30-2; Comisión de Arquitectura. Informes, 1839-1850. Sig. 1-30-5; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1789-1845. Sig. 2-23-5; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1843. Sig. 2-18-5; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y públicas, 1839-1848. Sig. 3-90; Libro de actas de la Comisión de Arquitectura, 1841-1846. Sig. 3-143; Libro de registro de maestros de obras aprobados por la Real Academia, 1818-1886. Sig. 3-156, nº 175.


Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


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