Hijo de Antonio de Bengoechea y María Cruz Ipiñazar, nació en el valle de Arratia (Vizcaya) el 17 de septiembre de 1817, siendo bautizado ese mismo día en la iglesia parroquial de San Miguel de Elejabeitia. Residió en Vitoria (Álava) desde 1824, pero estudió Aritmética, Álgebra, Geometría, Trigonometría plana y esférica en la clase pública establecida en Bayona durante la guerra civil, bajo la dirección de Antonio de Irigoyen, profesor de Matemáticas en el Seminario de Nobles de Bergara y posteriormente en el instituto alavés. Antes y después de esta fecha, se dedicó al estudio de la Arquitectura, el Dibujo de figura, paisaje y adorno en la Academia de Bellas Artes de Vitoria, aunque desde finales de 1841 lo haría en la Academia de Bellas Artes de San Fernando una vez establecido en Madrid.

Desde el 3 de noviembre de 1842 al 30 de junio de 1843 asistió como discípulo de la Academia en el 2º curso de Matemáticas, curso en el que se impartieron los tratados de Trigonometría rectilínea, Geometría práctica, Aplicación del álgebra a la geometría, Secciones cónicas, Teoría general de las ecuaciones, Series, Límites, Cálculo de las diferencias y algunas nociones de Cálculo diferencial e integral. Al mismo tiempo fue discípulo particular del director de arquitectura Juan Miguel de Inclán Valdés, con quien adquirió los conocimientos teóricos y prácticos de la profesión desde mediados de 1841 hasta 1844 concurriendo a las obras a su cargo y ejecutando las mediciones, las tasaciones y los replanteos de las mismas.

El  30 de octubre de 1844 solicitó de la Academia su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado el proyecto de una Bolsa, tribunal, cátedras y oficinas correspondientes (del A-1278 al A-1281) con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, la partida de bautismo, la certificación de los dos cursos de Matemáticas aprobados, la certificación de práctica librada por su maestro Juan Miguel de Inclán y la justificación de su conducta moral y política.

La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada la mañana del 20 de noviembre de 1844 examinó la obra y los documentos aportados, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 1 de diciembre, momento en el que le sortearon los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 72, 96 y 110 nuevos, los cuales respondieron respectivamente: «Un Parador y Casa de Postas para la carrera q^e se comprenda mas principal de España con todas las comodidades propias á este destino. Planta, fachada y corte», «La presa de un Rio que se supone de 200 pies castellanos d ancho; demostrando los encadenamientos de sus maderas, zampeados y si colocare silleria los cortes respectivos de su trabazon. Planta y perfil» y «Un Cenador para un Jardin en el que se colocará alguna diversión de aguas, yá sean por medio de Estatuas, basos del antiguo, cascadas, o diferentes saltadores. Planta, elevación y un corte». De los tres asuntos eligió el nº 72, es decir, un Parador y casa de postas para la carrera más principal de España (A-2137), elección que comunicó a la corporación académica el 13 de diciembre.

La Junta de Examen tuvo lugar la mañana del 30 de diciembre de 1844, asistiendo a ella como vocales Juan Miguel de Inclán, Antonio Conde González, Atilano Sanz, Eugenio de la Cámara y Marcial Antonio López. Cotejada la prueba de pensado con la obra de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Bengoechea principió este nuevo ejercicio contestando a las preguntas que le hicieron los profesores acerca de los arcos y las diferentes clases de bóvedas, el modo de medir las superficies de la elipse y las parábolas. Después sobre la construcción de las cimbras y los medios para saber el peso que podían recibir los arcos en las construcciones. Enseguida trató las armaduras y sus partes; los medios prácticos para decorar las fachadas de los edificios y sentar las columnas; los chapiteles, arquitrabes y los medios para aligerarlos. Por último explicó la doctrina de las tasaciones, ejecutando en un edificio todas sus partes; la obra y colocación de las maderas; las circunstancias que debía tener una fábrica para estar bien construida y las reglas de la buena edificación.

Satisfechos los examinadores con el mérito de las obras ejecutadas, las explicaciones desarrolladas y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron hábil para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 12 de enero de 1845, a los 27 años de edad.

Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1845. Sig. 2-12-4; Comisión de Arquitectura. Informes, 1839-1850. Sig. 1-30-5; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1816-1900. Sig. 3-154, nº 276.

Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM