Ávila y Medina, Pedro deVillamizar (León), ca. 1770 - ?, ?


Nació en Villamizar (León) hacia 1770, pero pronto se trasladó a Madrid a fin de cursar la carrera de arquitectura en la Academia de San Fernando, centro en el que se matriculó el 9 de diciembre de 1789, a los 19 años de edad. Como alumno de la corporación se presentó en 1791 a la ayuda de costa del mes de septiembre por la 2ª de Arquitectura con el diseño de Uno de los altares de la Rotonda de Roma (A-5087), beca que le fue concedida en la Junta Ordinaria del 2 de octubre de 1791. Por espacio de seis años concurrió a los estudios de la Academia y durante tres de ellos se ejercitó en la teoría y práctica de la profesión bajo la dirección del maestro de obras Manuel Bradi.

El 26 de septiembre de 1795 solicitó de la Academia asunto para recibirse en la clase de maestro de obras, tocándole en suerte el 4 de octubre de 1795 una «Casa de Ayuntamto para una Villa corta como de 400 vecinos con Carcel» y el «Modelo de yeso: Pechina de una Media Naranja de 60 pies de diámetro». No le fue posible ejecutar dichos programas hasta 1803 debido a problemas personales, pero en el trascurso de ese tiempo se encontró con una resolución tomada por la Junta Ordinaria del 5 de junio de 1796, por la cual los profesores de arquitectura habían dictaminado la desaparición del título de maestros de obras, concediéndose solamente el de maestro arquitecto y el grado de académico de mérito.

El 30 de septiembre de 1803 se vieron los pretendientes que habían solicitado entre 1792 y 1801 los títulos de maestro de obras, maestro arquitecto y académico de mérito por el plan antiguo. Entre los aspirantes, sólo Pedro de Ávila, pretendiente al título de maestro de obras, y Antonio Conde González aspirante al de maestro arquitecto habían asistido y trabajado dentro de la Academia durante todo este tiempo. En cuanto a Ávila, había asistido con interrupciones, a veces de muchos meses, por una penosa y larga enfermedad de su mujer que le habían llevado a cuidarla como sustentarla, aunque en esta fecha ya había entregado los planos y el modelo que le habían sido encomendados.

Vistas las circunstancias del pretendiente como la de otros aspirantes, la Junta Ordinaria del 2 de octubre de 1803 acordó no haber lugar a la concesión del título de maestro de obras en virtud de lo mandado por S.M. el 18 de septiembre de 1796, sin embargo, recompensaría las pruebas trabajadas por los sujetos que habían solicitado el título antes de la Real Orden. De este modo, los diseños de Ávila correspondientes a Un ayuntamiento para un pueblo de 400 vecinos con cárcel (del A-2802 al A-2807) y el Estudio de una pechina (prueba de montea, A-5337 (a) y A- 5337 (b)) pasarían a ser censurados en la primera Junta de la Comisión de Arquitectura que fuese convocada, pero como prueba de pensado para recibirse en la clase de maestro arquitecto.

El 1 de noviembre de 1803, Ávila comunicó a la Academia que «teniendo á vien atender à estas circunstancias ý al de seguirle al exponente graves perjuicios en que se le retrase la decision de este punto, espera merecer se le admita esta obra en clase de otra de pensado, sujetandose a las pruebas ý ultimos acuerdos». La Comisión de Arquitectura celebrada el 3 de noviembre de 1803 examinó el proyecto y aunque la obra era de corta consideración para un maestro arquitecto, al observar que su autor la había hecho «dentro de la Academia sujetandola precisamente á la prueba que sobre asunto determinado trabajó en la misma en el corto espacio de cinco horas, con el fin de recibirse de Maestro de obras, fue del parcer que se le podia admitir para la graduacion de Maestro Arquitecto». No obstante, se acordó también que en lo sucesivo no se admitiría otra obra en estas circunstancias porque aquellos profesores que deseasen recibirse en la clase de maestro arquitecto deberían presentar asuntos de mayor consideración y estudio.

Ávila fue admitido al resto de los ejercicios de reglamento en la Junta Ordinaria del 6 de noviembre de 1803, fecha en la que le fueron sorteados los programas de repente. De los tres que le tocaron en suerte eligió «la planta, alzado y perfil geometrico de una Casa de campo para pasar un Potentado en ella parte de la semana» (A- 5725).

La Junta de Examen tuvo lugar el 10 de noviembre de 1803, asistiendo a ella como vocales Arnal, Cuervo, Casanova, Varas y Pérez, este último en calidad de secretario. Cotejados los ejercicios prácticos se ordenó al pretendiente entrar en la sala para realizar el examen teórico.  Los profesores le hicieron varias preguntas acerca de sus obras y sobre la teoría y practica de la arquitectura. Sus diseños fueron aprobados, aunque no así la parte científica del arte, principalmente la relativa a las materias de Aritmética y Geometría, por lo que se le aconsejó que siguiese instruyéndose en las matemáticas y volviese a presentarse pasado un año sin necesidad de hacer nuevas pruebas prácticas.

Siguiendo lo acordado, el 21 de octubre de 1804 volvió a solicitar su admisión al examen teórico, prueba que tuvo lugar en la Junta Extraordinaria del 13 de diciembre de 1804. En esta ocasión asistieron como vocales Arnal, Cuervo, Aguado, Varas y Bosarte, profesores que viendo al interesado con los conocimientos suficientes para ostentar el título solicitado, la Academia le concedió finalmente el grado de maestro arquitecto en la Junta Ordinaria del 6 de enero de 1805.

Al poco de obtener el título fue comisionado por el Ayuntamiento de la villa de Trevago (Soria) para idear el medio de traer las aguas potables a dicho pueblo y formar una fuente y un lavadero público. Para ello reconoció el terreno y formó los correspondientes planos de la dirección de las cañerías, salvando estas de un arroyo con un puente acueducto, cuyo proyecto en borrador remitió a informe el 24 de febrero de 1806, siendo aprobado por la Comisión de Arquitectura el 27 del mismo mes.

El 6 de enero de 1817 solicitó su admisión a los ejercicios para el grado de académico de mérito y en vista del memorial que había presentado la Comisión de Arquitectura el 12 de enero no halló reparo en acceder a su solicitud. El 11 de mayo le fueron sorteados los programas para disertar, tocándole en suerte los números 8, 14 y 17, aunque según otras los números 4, 18 y 19. De entre ellos eligió el nº 14, es decir, «El Orden Corintio según Vignola sombreado rigurosamte haciendo demostración de las sombras, y el capitel de seis pulgadas de alto, y las demas partes arregladas á la misma proporcion, exceptuando la columna que se há de suprimir».  Pero no debió de obtener la graduación solicitada por cuanto que su nombre no aparece reseñado en el Libro de Académicos de Mérito ni su aprobación en las juntas posteriores.

Aunque el título de arquitecto que ostentaba le confería el libre ejercicio de la profesion, sabemos que en 1819 solicitó de la Academia al tiempo que lo hicieron los también arquitectos Pedro Garrido, Matías Gutiérrez, José Llorente, Joaquín San Martín, Antonio Conde González, Pedro Zengotita Vengoa y Francisco Martín del Horcajo Vidal, la expedición del título o patente que a los profesores de su clase se les despachaba, dado que el único título que les condecoraba era una simple certificación manuscrita de los secretarios en sus respectivas épocas. Ante estas solicitudes, la corporación acordó en la Junta Ordinaria del 19 de septiembre de 1819 expedirles el título a todos los solicitantes debiendo constar en cada uno la nota con la fecha en que habían sido aprobados.

En 1825 se vio un expediente remitido por el corregidor de la villa de Madrid, a fin de averiguar el estado de seguridad en que se encontraba exterior e interiormente la casa situada entre las calles de Tudescos y Jacometrezo, distinguida con el nº 11 en la Manzana nº 375. Se vieron las certificaciones que sobre este asunto habían realizado los vocales Pedro de Ávila y Bartolomé Tejada Díez, así como el informe del arquitecto mayor del Ayuntamiento de la capital, estudios que tras ser analizados por la Comisión de Arquitectura el 5 de octubre de 1825 se acordó que la casa  era susceptible de las reparaciones  que indicaban los arquitectos en sus informes porque con ellas, además de conseguirse la seguridad de la finca y la mejora de su aspecto público se conciliaban los intereses de los propietarios con el decoro público sin tener que recurrir a su demolición. Sin embargo, la Comisión fue de la opinión que «como la casa de que se trata por su localidad contribuye á estrechar la salida de la calle de Jacometrezo por la que con tanta frecuencia acostumbra á pasar el Rey N. Sr. sería muy conducente que por el Exº Ayuntamto se procurase la adquisicion de la propiedad de esta Casa y la contigua señalada con el nº 10, las cuales con muy corto valor podia reducirse su superficie al ensanche de la plazuela con lo que con alguna pequeña variacion en las fachadas, se lograría embellecer aquel punto con aumento de la comodidad publica sin perjuicio del propietario».

En la década de los años treinta y cuarenta del siglo XIX un elevado número de maestros de obras y arquitectos se introdujeron en la construcción de corralas en Madrid. Fue el caso de José Llorente al erigir la corrala de la calle Ave María, nº 26 (1833); Juan Miguel de Inclán la del Reloj, nº 16 (1834); Ávila y Medina la de Ribera de Curtidores, nº 8; Joaquín de San Martín la de la calle Cabestreros, nº 12 (1835); Pedro Blas de Uranga la de Ruda, nº 8 (1837); Pardo y Trenado la de Ave María, nº 35 (1839) y Antonio Juan Cachavera y Langara la de Ribera de Curtidores, nº 10 (1847).


Fuentes académicas:

Académicos. Arquitectos, 1790-1807. Sig. 1-43-2; Académicos. Arquitectos, 1814-1820 Sig. 1-43-3; Arquitectura. Pozos de nieve, aguas potables, acueductos, pozos artesianos, alcantarillas, aljibes, vertederos, muelles, cauces, etc., 1780-1894. Sig. 2-31-2; Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1805-1815. Sig. 4-68-8; Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1819. Sig. 4-64-2; Comisión de Arquitectura. Informes, 1803. Sig. 1-28-4; Comisión de Arquitectura. Informes, 1806. Sig. 1-29-3; Comisión de Arquitectura. Informes, 1808-1822. Sig. 1-29-5; Comisión de Arquitectura. Informes, 1821-1828. Sig. 1-30-1; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1758-1846. Sig. 2-23-6; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1795-1803. Sig.  2-15-6; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1786-1794. Sig. 3-85; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1795-1802. Sig. 3-86; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1803-1818. Sig. 3-87; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1816-1900. Sig. 3-154, nº 13.


Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


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