Hijo de Miguel Antonio de Aspe y María Antonia Landeta, nació en Arrigorriaga (Vizcaya) el 16 de febrero de 1805 siendo bautizado ese mismo día en la iglesia parroquial de Santa María Magdalena.  Estudió la carrera de arquitectura bajo la dirección de los profesores de la villa de Bilbao por espacio de cinco años, concretamente la teoría y práctica de la profesión al lado del arquitecto Luciano de Ibarra.

El 17 de julio de 1832 solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro de obras, presentando como prueba de pensado el proyecto de una Casa de campo para un señor (A-1839 y A-1840), con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, la certificación de práctica firmada por Ibarra y la justificación de su conducta moral y política.

La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 7 de agosto de 1832 examinó la obra y los documentos aportados, acordando el pase del interesado al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 12 del mismo mes, fecha en la que le fueron sorteados los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 19, 21 y 38, los cuales respondieron respectivamente: «Proyectar un Portico para una Iglesia de un Pueblo con inclusión de la capilla para el baptisterio. Planta, sección y fachada», «Una Casa tahona para una población de tres mil vecinos, dispuesta en un paralelogramo con la oficina ó pieza de administración y demas que se comprenda necesario á su uso. Planta, fachada y corte» y «Disponer un Matadero de reses mayores y menores para una ciudad, con departamentos para deposito y rumiantes. Planta, Fachada y corte». De los tres asuntos eligió el nº 38, es decir, Un matadero de reses mayores y menores para una ciudad (A-2218), cuya elección comunicó a la corporación académica el 14 de agosto.

La Junta de Examen tuvo lugar el 27 de agosto de 1832, asistiendo a ella como vocales Juan Antonio Cuervo, Juan Miguel de Inclán, Custodio Moreno y Martín Fernández de Navarrete, ausentándose por indisposición Antonio de Varas. Cotejada la obra de pensado con la de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Aspe principió este nuevo ejercicio contestando a las preguntas que le hicieron los profesores sobre algunas cuestiones de aritmética, los quebrados y las proporciones; la geometría de los triángulos; las figuras semejantes; la medida del círculo y la medida de las superficies y sólidos. Después explicó la formación de la esfera y las figuras que resultan de sus secciones, como la media naranja, las pechinas y la bóveda vaída. Finalmente se centró en las secciones de la elipse y en las figuras que resultan; el asiento de las piedras; los requisitos de la buena construcción; la resistencia de las maderas y otras cuestiones relativas a la práctica de la profesión.

Satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas como con las explicaciones y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas, le hallaron hábil para ostentar el título de maestro de obras, grado que le fue concedido por uniformidad de votos en la Junta Ordinaria del 16 de septiembre de 1832, a los 27 años de edad.

En 1840 solicitó de la Academia un duplicado de su título por haberlo perdido al arder su casa junto con otras de la ciudad en los desmanes acaecidos en el bloqueo de dicha villa durante 1837, oportunidad que aprovechó para informar a la corporación de su residencia en Bilbao.

Nueve años más tarde se ocupó del proyecto de reparación del Santuario de Begoña (Bilbao), ya que en la Junta General del 9 de abril de 1849 consta que remite a informe algunos planos de esta iglesia para su aprobación. La corporación optó por desentenderse del asunto, ya que siendo tan sólo maestro de obras no estaba autorizado para dirigir obra alguna de esta naturaleza e importancia. Ante este hecho, Aspe envió a principios de 1850 una exposición solicitando la revalidación del título de maestro de obras por el de arquitecto, apoyándose en el hecho de que sufría perjuicios continuos al no permitirle los arquitectos y las autoridades competentes dedicarse a las obras que eran costeadas con fondos comunes. La Sección de Arquitectura reunida el 5 de marzo de 1850 vio ridícula su petición, por lo que acordó que no debía ocupar ni un momento de su tiempo ni el de la de la Academia asuntos de esta naturaleza.

Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Comisión de Arquitectura. Informes, 1839-1850. Sig. 1-30-5; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1789-1845. Sig. 2-23-5; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1832. Sig. 2-16-6; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y públicas, 1848-1854. Sig. 3-91; Libro de registro de maestros de obras aprobados por la Real Academia, 1818 –1886. Sig. 3-156, nº 84.

Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM