Ariznavarreta Larrasquin, Galo deOrduña (Vizcaya), ca. 1802 - ?, ?


Nació en Orduña (Vizcaya) hacia 1802. Por espacio de tres años y a fin de realizar la práctica de la profesión concurrió a diversas obras bajo la dirección del profesor Manuel Ángel de Chávarri, tiempo que dedicó al estudio del ramo de la montea y la ejecución de las plantas de los edificios, tanto sobre terrenos sólidos como sobre pilotaje.

El 8 de agosto de 1831 solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado el proyecto de una Casa de bolsa, conservatorio de artes y consulado (del A-1259 al A-1264), con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, la certificación de práctica librada por el arquitecto Manuel Ángel de Chávarri y la justificación de su conducta moral y política.

La Comisión de Arquitectura celebrada el 16 de agosto de 1831 examinó la obra y los documentos aportados, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 21 del mismo mes, fecha en la que le fueron sorteados los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 44, 49 y 68, los cuales respondieron respectivamente: «Salon suntuoso para el Consejo de Estado con piezas alrededor para secretaria y Archivo: planta y alzados en fachada y sección», «Una Hermita ó Iglesia en despoblado para un Santo Patrono de algun Pueblo con las habitaciones del santero y capellan. Se demostrará en planta, fachada y una sección» y «Una Capilla principal para un Palacio Real demostrando en la planta y corte los arranques de sacristía y tribunas». De los tres asuntos eligió el nº 49, es decir, Una capilla o santuario con habitación para el capellán y santero (A-4040), elección que comunicó a la institución académica el 24 de agosto.

La Junta de Examen tuvo lugar el 3 de septiembre de 1831, asistiendo a ella como vocales Juan Antonio Cuervo, Antonio de Varas, Juan Miguel de Inclán, Custodio Moreno y Martín Fernández de Navarrete. Cotejada la obra de pensado con la de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Ariznavarreta principió este nuevo ejercicio contestando a las preguntas que le hicieron los profesores sobre varias cuestiones de geometría, las líneas, las superficies y los sólidos; la esfera, el cilindro, sus medidas y secciones; la formación del círculo, la elipse, las pechinas y la cúpula. Después sobre el modo de replantear un edificio, la calidad de las piedras y los materiales; la resistencia de las maderas, la calidad de la buena edificación y por último, las tasas de las fábricas y el uso de algunas máquinas, especialmente la garrucha.

Satisfechos los examinadores con el mérito de las obras ejecutadas y las respuestas dadas a las preguntas formuladas le hallaron hábil para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 9 de octubre de 1831, a los 29 años de edad.

En 1847 estuvo avecindado en la Habana (Cuba), dato que aparece recogido en la Junta General del 11 de abril y en un expediente remitido a la Academia por estas fechas relativo a una máquina ideada e inventada para partir piedra. Más adelante, en una nueva exposición que hizo a la corporación notificó el estado de abandono en que se encontraba la arquitectura en esa Isla, solicitando con ello se diese una rápida solución al problema, asunto que sería estudiado en la Junta General del 6 de junio de 1847.

El 10 de mayo de 1856 envió una instancia a la misma institución académica señalando ser profesor de Matemáticas, los 16 años que llevaba residiendo en esa ciudad isleña como su deber de hacer presente que en la Habana se hallaba como maestro mayor de albañil un tal Isidro Sánchez, quien llevaba ocupando ese destino durante 35 años y en cuyos escritos firmaba como maestro mayor por S.M. y primer vocal de la Junta Facultativa de Alarifes del Ayuntamiento cuando no debería hacerlo. Su afirmación se basaba en el hecho de que habiéndose constituido la Academia de San Fernando hacía noventa y nueve años, el Ayuntamiento había estado concediendo en el transcurso de todo ese tiempo títulos de medidores y tasadores de fábricas, agrimensores, etc., los cuales se encargaban de la dirección, trazas, medidas y tasaciones de las obras, dejando a los arquitectos residentes en la Isla sin ocupación alguna. Este procedimiento se oponía a lo dictado por S.M. en el capítulo 33 de los Reales Estatutos de la Academia, donde se reseñaba que los interesados debían presentarse al examen de la misma si querían obtener los títulos correspondientes sin cuyo requisito se declararía nulo o de ningún valor ni efecto dicha graduación, al tiempo que aquellos sujetos que intentasen medir, tasar o dirigir fábricas se les haría pagar 100 ducados la primera vez, 200 la segunda y 300 en la tercera como sanción. A su entender, todos los títulos expedidos por los Ayuntamientos debían recogerse y anularse en lo sucesivo, manifestándolo en los periódicos de esa capital para que en adelante los que quisieran obtener el título se presentasen al examen de la Academia, ya que de no ser así los arquitectos que se encontraban en la Isla nunca podrían hacer uso de las ciencias y artes que profesaban. Continuó su escrito exponiendo que «esa enxambre de Agrimensores, Alarifes, Yngenieros Militares, Aficionados, Dueños de fabricas, Mulatos, Carpinteros, Albañiles y Negros, que todos son Directores y constructores intrusos de infinitos caprichos y facultades, es tanto lo que cunde que por ninguna parte nos deja resollar a los Profesores, y hay que advertir, que yo mismo he visto ejecutar de nuevo fabricas de mucho valor, y las estoy viendo deshacer, por hallarse en estas fechas totalmente deterioradas y podrido el maderaje, una de estas obras se halla en la calle de Galeano esquina á la de la Concordia, que cuando mas debe hacer unos once años que se hizo nueva, é ya le han quitado todos los techos y estan colocandolos segunda vez; y de estos casos podria citarse otros muchos. […] Este es el estado en que se encuentra la Ysla de Cuba respecto á edificios; mucho mas me queda que decir sobre los absurdos que en este país se estan cometiendo respecto á las fabricas pero para esto seria preciso formar un libro separado y darle publicidad para que recayesen los cargos sobre los culpantes y no se evadiese de las demasias que han cometido; y hacerles responsables á los graves perjuicios que han originado á los Profesores de Arquitectura de esa Rl Academia». El oficio de Ariznavarreta fue visto en la Junta General del 13 de julio de 1856, momento en que la Academia le comunicó que ya había hecho todo lo posible en este negocio.


Fuentes académicas:

Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1831.Sig. 2-9-5; Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Comsión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1825-1876. Sig. 2-23-3; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y públicas, 1839-1848. Sig. 3-90; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1816-1900. Sig. 3-154, nº 117.


Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


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