Hijo del arquitecto Manuel Alcázar y Vicenta Sánchez, nació en Murcia el 12 de diciembre de 1815 siendo bautizado ese mismo día en la iglesia parroquial de Santa María, y murió el 16 de febrero de 1888.

En su ciudad natal cursó Matemáticas a través de la obra de Mariano Vallejo bajo la dirección del profesor Francisco Valle Espinosa y posteriormente en Madrid bajo las órdenes de Miguel Fernández de Loredo. Junto a su padre comenzó su iniciación en la carrera de arquitectura, pero a su muerte se puso bajo las órdenes del arquitecto Francisco Bolarín y Gómez, con quien permaneció desde el año 1836 hasta 1841 asistiendo a su estudio, realizando replanteos, dirigiendo toda clase de obras y practicando la parte correspondiente a la albañilería.

En octubre de 1838 solicitó de la Academia de San Fernando la dispensa de los dos años de edad que le quedaban para poder examinarse en la clase de arquitecto, pero una vez estudiada la petición sería denegada por la Comisión de Arquitectura el 23 de octubre y por la Junta Ordinaria celebrada el 28 del mismo mes. Respecto a esta petición, la «comision que desde luego se há prestado al favorable informe de aquellos jóvenes en quienes bien el merito y disposiciones que la motivaron les hacía acreedores á el, no puede en manera alguna prestarle al Alcazar de quien no tiene conocimientos ni menos procuró acreditar los que le adornan en lo artistico; y en cuanto al segundo extremo (-aquel que hace referencia a si es conveniente conservar la legislación o bien modificarla, en cuanto a rebajar la edad de los aspirantes a los títulos-) no solo no puede convenir en que se altere el Reglam^to y ley  en la edad de los 25 años cumplidos, sino que  está intimam^te persuadida de lo perjudicial que seria una medida general de la que con precision se abusaria, y solo puede ser dispensada al merito y particulares circunstancias de un muy escaso numero de individuos».

El 22 de enero de 1842 y con la edad reglamentaria, solicitó de la Academia su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado el proyecto de  Un colegio o instituto de segunda enseñanza con habitaciones para 64 colegiales internos (del A-325 al A-328) con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, la partida de bautismo, la certificación de sus estudios,  la certificación de práctica librada por su maestro Francisco Bolarín y la justificación de su conducta moral y política.

La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 1 de febrero de 1842 examinó la obra y los documentos aportados, acordando el pase del interesado al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 6 del mismo mes, fecha en la que le fueron sorteados los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 88, 38 y 9 nuevos, los cuales respondieron respectivamente: «Delinear una Escalera de caracol de piedra de 40 pies de diámetro y el ojo de 20 pies, demostrando tambien los cortes de canteria en planta y alzado interior», «En una Gran Plaza, disponer en su centro tiendas sin mucha elevación, para el despacho de generos y comestibles. Planta, fachada y corte» y «La Armadura de un teatro, cuya extensión será un paralelogramo de 65 pies castellanos por 130, demostrando los gruesos de la pared que la deben sostener. Planta, alzado y los cortes que demuestren sus ensamblages». De los tres asuntos eligió el nº 38, es decir, unas Tiendas dispuestas en una gran plaza, para el despacho de géneros y comestibles (A-2350), cuya elección comunicó a la corporación académica el 12 de febrero.

La Junta de Examen tuvo lugar el 22 de febrero de 1842, asistiendo a ella como vocales Juan Miguel de Inclán, José Joaquín de Troconiz, Antonio Conde González, Atilano Sanz, Eugenio de la Cámara y Marcial Antonio López. Cotejada la prueba de pensado con la obra de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Alcázar principió este nuevo ejercicio tratando las proporciones, las razones de la Aritmética y Geométrica, para después resolver varios problemas que le fueron propuestos a fin de determinar superficies y volúmenes de círculos y cilindros, conociendo sus radios, diámetros y alturas. Tras contestar a varias preguntas de los profesores  acerca de las sombras, realizó la explicación del replanteo de su obra, pasando luego a tratar los materiales de las arenas, la cal y la piedra. Enseguida se centró en las armaduras de su obra y las bóvedas que la constituían, parándose después en la construcción de la media naranja con sus cimbras. Por último, explicó la construcción de una noria o pozo que tuviese que surtir un establecimiento; los arcos y las bóvedas, por cuyo motivo se introdujo en las secciones cónicas, como en el asiento de las maderas, su resistencia, colocación y entramados.

Satisfechos los examinadores con las obras presentadas y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron hábil para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 6 de marzo de 1842, a los 26 años de edad.

Más tarde le veremos trabajando en el proyecto de un nuevo teatro para la ciudad de Murcia, segundo proyecto que según él contenía las correcciones que le habían advertido que introdujera. La Sección de Arquitectura censuró los diseños el 4 de marzo de 1854 y vio que Alcázar había hecho caso omiso de estas correcciones a razón de las siguientes palabras «[...] la forma de la planta en la prolongacion de la curva principal hasta el proscenio no era todavia buena, a pesar de la ligera correccion hecha en ella, pues aun no proporciona buenos puntos de vista á los palcos laterales, en los cuales estan tambien mal colocadas las lineas ó tabiques divisorios; que asi esta circunstancia como el estar algo retirados los antepechos y muy salientes las pilastras de la embocadura quitan mucha vista á dichos palcos: que la armadura no se ha estudiado ni mejorado nada a pesar de habersele indicado en el anterior informe que lo hiciese, que tiene porca robustez y seguridad por la colocacion poco oportuna de las piezas que la componen y por estar muy espaciados entre si los cuchillos que no deben distar mas que unos nueve pies de centro á cuatro: que no se habia indicado el techo de la platea y la escocia en que debe terminar para evitar las resonancias que producen los angulos ó rincones: que los remates de ornamentacion de la fachada son de mal gusto y efecto y todos los detalles muy defectuosamente dibujados: En cuanto al presupuesto se echaban tambien de menos en él ciertos detalles de adorno peculiares de esta clase de edificios y que deben figurar por una partida no despreciable por cierto».

En su ciudad natal realizó la reforma y reconstrucción de algunas casas como su plaza de toros.

Arquitectura. Teatros, 1788-1862. Sig. 2-29-1; Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1842. Sig. 2-12-1; Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Comisión de Arquitectura. Informes, 1839-1850. Sig. 1-30-5; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1831-1838. Sig. 3-89; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1816-1900. Sig. 3-154, nº 244.

Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM