Este templo se encontraba sobre un podio, para que se pudiera ver desde todo el foro, estaba revestido en mármol y tenía ocho columnas en tres de sus cuatro lados. Gracias a los trabajos de restauración, se ha podido averiguar cuál era su aspecto tanto por dentro, como por fuera.
Cuando Isidro González Velázquez dibujo este templo, es probable que no supiera de que edificio se trataba, pues cuando él estudio el foro romano, no se habían llevado a cabo las excavaciones que han permitido identificar correctamente los templos. En el caso del templo de Mars Ultor, se identificó a principios del siglo XX, cuando Corrado Ricci se disponía a realizar la Vía del Foro Imperial, para unir la Plaza Venezia con el Coliseo. Aún así, siempre ha despertado el interés de los artistas y muestra de ello es Piranesi, que lo grabó en 1748 para sus Vedute di Rome.
Isidro González Velázquez hace este boceto a mano alzada de la decoración de la cornisa del lateral del templo que da al Arco dei Pantani. Se observa una decoración muy frondosa y las medidas que abarcan de una columna a otra del templo. En los registros IGV-139 e IGV-155 también dibuja esta parte de la decoración, observándose como se trata de la misma parte. Para conseguir llegar hasta ahí, los arquitectos tenían que subir a diferentes andamios y poner en riesgo su vida en numerosas ocasiones.
Otro apoyo que seguro tuvo en sus excavaciones fueron los libros de los grandes maestros que él admiraba, como, por ejemplo, Labacco y su Libro appartenente a l'Architettura di Roma, donde se detallan varios capiteles de muchos templos, entre ellos, el de Mars Ultor (p. 11), donde se ve que es el mismo lateral, incluyendo la voluta decorativa de la parte superior.