Vierna Iliastegui, RomualdoMeruelo, 1781 - ?


Hijo de Juan Antonio de Vierna, nació en Meruelo (Cantabria) hacia 1782. Era hijo de un arquitecto de Marina de S.M. con destino a las Reales Fábricas de Liérganes y la Cavada, biznieto de Marcos de Vierna, director general de Puentes y Caminos del Reino, y sobrino de Nicolás de Vierna, brigadier de las Reales Guardias de Corps. Su padre trabajó en la reposición de la parte ruinosa de las presas de Santander levantando prácticamente desde sus cimientos la que surtía de aguas el río Marrón, así como otros tantos edificios que se encontraban deteriorados por las grandes avenidas sufridas en las montañas de Santander durante 1801, pero sus esfuerzos fueron en vano debido a las segundas avenidas acaecidas al año suguiente.

Al lado de su padre comenzó los principios de la arquitectura, pero fue él quien le envió a Madrid en 1798 para que se matriculara en la Academia. Estudió dos años de Matemáticas en los estudios Reales de San Isidro, siendo en el primer año electo por su catedrático José Ibarra a fin de salir a los exámenes generales según consta en unas  certificaciones fechadas el 4 de julio de 1799 y 4 de julio de 1800.

En 1801 estudió el tercer año de Matemáticas en la corporación académica y debido a que no tenía los medios económicos suficientes o el sustento de su padre y tío para sostenerse, solicitó en mayo de este mismo año una pensión en París, o en su defecto alguna otra con la asignación que la Academia creyera conveniente. Pero en la junta celebrada en junio de 1801 la Academiano  no le consideró con suficiente mérito para enviarle al extranjero, ya que todavía no estaba formado y era un mero principiante. Por otro lado, en la Junta del 18 de diciembre de 1802 la institución comunicó al interesado que el Real Cuerpo no tenía pensiones determinadas que otorgar porque las que daba hacía años eran por oposición y habían sido suspendidas por real orden. Además, S.M. tampoco tenía pensiones destinadas para los discípulos de las Nobles Artes, pues las que había concedido hasta el momento lo habían sido únicamente extraordinarias y dependientes de su soberana clemencia.

            Obtuvo el 1º premio de 3ª clase por la Arquitectura en el concurso de Premios Generales de 1802. A este certamen se habían presentado asimismo Francisco García Calderón, Miguel de los Reyes, Francisco de la Serna, Justo Damiá, Matías Zía, Pedro Simón de Urrutia, Blas López y Miguel de Marichalar, este último galardonado en segundo lugar. Al igual que todos ellos, Vierna ideó como ejercicio de pensado "«[…] el orden Dórico del Teatro de Marcelo en grande, haciendo un paralelo del de Vignola con éste. Se demostrarán también los perfiles de todas las partes en grande, y las medidas de los capiteles de las cornisas" (A- 3289 y A- 3289 bis) y como prueba de repente «El pedestal y basa del orden corintio» (A- 5605).

            Al año siguiente y como discípulo del académico de mérito Blas Cesareo Martín presentó en la Junta Ordinaria del 7 de agosto de 1803 tres papeles con la representación de la «Puerta del Castillo del Cardenal Farnesio, la Puerta de la Yglesia de Sn Lorenzo Yndamaso y la Fachada y Planta de un Templo Areóstilo según Vitruvio» y al poco tiempo el rey le concedió la deseada pensión en vista de que la beca de Elías Villalobos expiraba al haber obtenido la graduación de maestro arquitecto, pensión  de ocho reales de vellón diarios sobre el fondo de arbitrios piadosos

Como  todos los pensionados que tenían la obligación de presentar obras mensualmente, Vierna presentó en 1804 varios trabajos de su mano en las Juntas Ordinarias del 1 de enero, 5 de febrero y 1 de abril: la planta y fachada del templo de Baco; dos cabezas dibujada; tres planos del baptisterio de Constantino y las partes en grande de la sala corintia de Palladio. En mayo de este mismo año solicitó permiso para pasar a Córdoba con su maestro José de Toraya, solicitud que le fue denegada en la Junta Ordinaria del 6 de mayo al no tener la Academia competencia en este asunto. Al mes siguiente presentó como pensionado por la arquitectura las partes en grande del capitel y cornisamento del templo de la Fortuna Viril, así como la planta y el cornisamento del templo de la Sibila Tiburtina, este último diseño sin concluir al haber finalizado el curso (Junta Ordinaria del 3 de junio). Pero antes de acabar el año presentaría el diseño de un capitel (Junta Ordinaria del 5 de agosto), además de la planta, fachada y sección del templo períptero según Vitribio (Junta Ordinaria del 4 de noviembre).

En 1805 estuvo ocupado en la planta, el corte y la fachada del templo de la Rotonda en Roma y en el diseño de una cabeza, dibujos que serían censurados en las Juntas Ordinarias del 6 de enero y 2 de febrero respectivamente. En este mismo año volvió a participar en el  concurso de Premios Generales, pero en esta ocasión por la 2ª clase de Arquitectura, obteniendo el 1º premio. Tuvo que competir contra Felipe Rodríguez, Blas López Castaño y Tiburcio Pérez Cuervo, este último galardonado con el segundo premio. Como ejercicio de pensado trabajó «[...] en el sitio más oportuno de Madrid, á elección del que aspire al premio, pero dándolo medio y en donde sea posible llevarlo a execución trazar un edificio sencillo y propio para que la juventud exercite en él con separación los exercicios gimnásticos de picadero, carrera, juego de pelota, mallo, bochas, bolos, etc.» (del A- 486 al A- 489)  y como prueba de repente «Un pórtico o entrada para una de las parroquias principales de Madrid» (A- 5008).

Durante 1806 su delicada salud le obligó a solicitar del Rey permiso para viajar a Santander a fin de tomar los aires nativos por tres meses, petición que le fue concedida el 17 de junio. Ya restablecido siguió gozando de la pensión al tiempo que la disfrutaban también José Gómez, Miguel Berdejo, Luis Gil Ranz, Carlos Blanco, Esteban Boix, Francisco Lacoma, Félix Sagan, Marcos Antonio Menero, Tomás Hernández, Diego Monroy y José Ramos, ya que su nombre aparece en el listado de los becarios en junio de 1806 y en la Junta Ordinaria del 2 de agosto de 1807.

Se presentó por última vez al concurso de Premios Generales en 1808, obteniendo el 2º premio de 1ª clase. En esta convocatoria tuvo que competir contra Blas López Castaño, Agustín López y Tiburcio Pérez Cuervo, este último galardonado en primer lugar. Elaboró como ejercicio de pensado un «Templo magnífico con destino a Catedral» (del A- 4168 al A- 4172) y como prueba de repente un «Monumento que se ha de erigir en el campo de Bailén en honor de los españoles y de su heroica victoria» (A- 3565).

Años más tarde, la Dirección General de Propios remitió a censura de la Academia su proyecto de casa escuela de primeras letras para la villa de Ampuero (Cantabria) junto con el informe facultativo y el calculo del coste de la obra que sería aprobado por la Comisión de Arquitectura el 25 de enero de 1831.

El 25 de noviembre de 1833 una Real Orden de la reina gobernadora acordó estimular el genio de los profesores de la Academia de San Fernando a través de la erección de un monumento artístico dedicado a consagrar la memoria del juramento hecho por Isabel II como princesa heredera de estos reinos y su advenimiento al trono. Debía publicarse en los periódicos después de aprobarse por S.M. y ofrecerse el premio honorífico y remuneratorio al profesor que la Academia estimase con mayor mérito de todos. Los autores tenían la libertad de diseñar el monumento que quisiesen en el lugar que creyesen más oportuno, teniendo presente que el ganador obtendría un premio consistente en una medalla de oro de 6 onzas con el retrato de la reina y en su reverso la inscripción laureada «Mª Cristina de Borbon Reina Gobª á N (qe será el nombre del qe obtenga el premio)».

            La Academia tuvo preparado el programa el 16 de diciembre y la reina Isabel II lo aprobó el 8 de enero de 1834. Los opositores que firmaron la oposición fueron Carlos del Bosch y Romaña, Pedro Manuel de Belaunzarán, Patricio Rodríguez, Andrés Coello, Manuel Rojas, Constantino Germán, Marcos Arnaiz, Diego Monroy y Aguilera (pintor de Cámara de S.M.); Antonio Capo González, Romualdo de Vierna, Narciso Albrador, Antonio Sancho y Arango, José María Guallart y Sánchez; Francisco García Martínez; Juan Morán Lavandera, José Gutiérrez (profesor de pintura), Francisco Elías Burgos, Juan José Ribera, Lucio de Olarieta, Pedro García, José de Tomás, Francisco Javier Adán, Inocencio Ladrón de Guevara, Lorenzo Hidalga y Luis Rigalt. A éstos cabría añadir los nombres recogidos en la lista que el académico Antonio Celles remitió a Custodio Moreno desde Barcelona en febrero de 1834, en la que aparecían los opositores José Fontseré, José Oriol, Félix Ribas y los alumnos Onofre Alsamora, Víctor Martí, Pablo Gener, José Mestres, Francisco Barba, Antonio Rubira, Carlos Gras y Francisco Ribas. Asimismo, los de Fernando Llacer y Viana, académico de mérito por la Escultura de la Academia de San Carlos de Valencia; Francisco Guillem y Juan Lizusoáin, este último profesor de Adorno y Decoración en Sevilla.

            Las obras presentadas fueron un total de 23 y de lo más variadas respecto a su forma como ubicación. Algunos vieron el monumento como un obelisco, un gran pedestal con escalinatas, un templete circular de diferentes órdenes, una columna o una fuente para ser ubicado en lugares tales como la plaza de Oriente a espaldas del gran teatro dando frente a la calle Arenal; en el sitio o paso del río Manzanares llamado del Vado frente al puente de Santa Isabel o en el sitio que ocupaba la puerta llamada de Atocha.

            La Junta General celebrada a las 11 de la mañana del día 19 de septiembre de 1834 tuvo como objeto la adjudicación de los premios con arreglo al programa publicado en la Gaceta el 7 de enero anterior. Debido a que el viceprotector sufrió una grave enfermedad ocupó la presidencia el conde de Parcent al ser el consiliario más antiguo. A la junta asistieron 49 profesores en total, siendo el secretario Fernández de Navarrete y no habiendo podido acudir los académicos de honor marqués de Bajamar y marqués de Piedra Blanca y los de mérito Francisco Javier de Mariátegui, Elías Villalobos, José París y José Castelaro.

            Estudiadas previamente todas las obras y ejecutada la votación secreta resultó que ninguna de ellas era merecedora del premio por lo que la Academia propuso al gobierno que la misma corporación arreglase uno o más pensamientos del monumento artístico a fin de poder presentar alguno a S.M. que conciliase el decoro con esplendor de las artes.

            No obstante, la Junta de la Comisión de Pintura, Escultura y Arquitectura reunida el 3 de diciembre de 1834 acordó otra solución para resolver el problema consistente en volver a organizar una nueva convocatoria y publicación sencilla del mismo programa, debiendo los autores añadir por escrito las razones artísticas y filosóficas de las diferentes obras, el cálculo aproximativo del coste que tendrían y el sitio que consideraba más apto para su colocación.

            Respecto a la obra que presentó Romualdo de Vierna al concurso, al no poderla concluir por razones «de las particulares circunstancias y alarmas de la Provincia en que reside», adelantó la remisión de su memoria ofreciendo la obra por si podía servirle para la obtención del título de maestro arquitecto (Junta de la Comisión del 19 de agosto de 1834). La Academia aceptó  los diseños del Monumento artístico dedicado a conmemorar la memoria del juramento hecho a la Reina Nuestra Señora doña Isabel II como princesa heredera de estos Reinos y el sabio gobierno de su adorada madre la Reina Gobernadora doña María Cristina de Borbón (del A- 3578 al A- 3580) como prueba de pensado, pero le pidió que se sometiera al examen reglamentario.


Fuentes académicas:

Arquitectura. Monumentos públicos, placas conmemorativas, lápidas, sepulcros, alineaciones urbanísticas, etc., siglo XIX. Sig. 2-28-3; Arquitectura. Presas, molinos y canales, 1779-1833. Sig. 2-31-5; Arquitectura. Universidades, institutos, escuelas, 1789-1861. Sig. 2-29-2; Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Distribución de los Premios concedidos por el Rey N. S. a los Discípulos de las Tres Nobles Artes hecha por la Real Academia de S. Fernando en la Junta Pública de 24 de julio de 1802. Madrid: en la Imprenta de la Viuda de Ibarra, 1802; Distribución de los Premios concedidos por el Rey N.S. a los Discípulos de las Tres Nobles Artes hecha por la Real Academia de S. Fernando en la Junta Pública del 27 de julio de 1805. Madrid: en la Imprenta de la Hija de Ibarra, 1805; Distribución de los premios concedidos por el Rey Nuestro Señor a los discípulos de las tres nobles artes hecha por la Real Academia de San Fernando en la Junta Pública de 24 de setiembre de 1808. Madrid: Ibarra Impresor, 1832; Secretario general. Enseñanza. Arquitectura. Pensionados, 1748-1807. Sig. 1-49-6; Secretario general. Enseñanza. Pensionados, siglos XVIII y XIX. Sig. 1-50-1; Secretario general. Libro de actas de la Comisión de Arquitectura, 1832- 1840. Sig. 3-142.


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